Resulta que ha llegado la cuarta ola del feminismo y algunos -seguro que pocos- no nos habíamos enterados. Y con ese 'tsunami' conocemos también que el feminismo no se debe quedar en el famoso techo de cristal. Quienes impulsan esta ola, sostienen que ese techo hay que romperlo en pedazos, pero para poder hacerlo primero hay que tirar para acabar con el ‘suelo pegajoso’. Un término que no es tan conocido y que hace eco de los factores que describen la baja calidad del empleo femenino, la alta rotación laboral y la temporalidad de los contratos, que suelen recaer sobre ellas.

Y ahi aparece la ministra de Igualdad, en una entrevista concedida al medio byzness, para abrirnos los ojos a la realidad que refleja el 'suelo pegajoso':  El problema de que no haya igualdad real es que las mujeres han salido del hogar, pero los hombres no han entrado en casa. Y es que, según Irene Montero es necesario hacer políticas públicas que redistribuyan de forma más equitativa entre hombres y mujeres las tareas de cuidados. Los cuidados no pueden seguir viéndose como una tarea natural propia de las mujeres.

La titular de Igualdad lo ha visto claro durante esta pandemia que para ella ha puesto de manifiesto que, si no se plancha, si no se cocina, si no se compra, si no se cuida no hay vida posible. Las tareas de cuidado son tareas esenciales para la vida, igual que lo es la sanidad o la agricultura o la industria. Apostamos que Pablo habrá entendido este aspecto de las tareas esenciales del hogar, al ser una persona extremadamente sensible, como confiesa Irene.

Montero apuesta por la economía feminista, la que pone la vida en el centro. Y por ello, defiende la partida -de 451 millones de euros- destinada para Igualdad en los presupuestos de 2021, aunque es consciente de que puede que no sea suficiente -y eso que es el segundo Ministerio que más crece en dotación presupuestaria, por detrás de Trabajo- “pero es una semilla”.

La entrevista también le da pie a Irene para responder si alguna vez se ha sentido discriminada, acosada o injustamente tratada en un empleo por el hecho de ser mujer, y en el desempeño de su labor política. la ministra responde que "todas las mujeres lo han sufrido, y en un ámbito como la política que es todavía muy estructurado por y para hombres, también. Creo que es evidente y hay ejemplos de sobra. Por el hecho de ser mujer, y más por el hecho de ser mujer joven, se cuestionan tus capacidades, tu legitimidad para estar ahí, el hecho de que puedas tomar decisiones por ti misma y no te lo tenga que decir un compañero de tu partido". Lo que ocurre es que en tu caso, Irene, tu compañero de partido -y pareja sentimental- es el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias. Y te pasa un poco como a Begoña Gómez, con su marido, el presidente Pedro Sánchez... La verdad está en las memes. 

Las feministas tienen mucha cara