Las contradicciones del estado de alarma decretado por el Gobierno Sánchez empiezan a resultar flagrantes. A continuación dos ejemplos, que circulan por la red, de reacciones de dos ciudadanos convenientemente argumentadas.

La primera de un padre de familia:

Y la segunda de un ciudadano que no entiende, por ejemplo, que el estado de alarma decretado por el gobierno no nos permita viajar en nuestro vehículo con los familiares con los que convivimos, pero si nos deje montarnos en un taxi, con el correspondiente taxista.