Resultados de Naturgy 2019. Francisco Reynés, presidente de la compañía, apunta que las primeras semanas de 2020 indican que será peor año aún que 2019. El entorno energético se ha ido deteriorando paulatinamente y se acentúa una novedad en el mercado: los precios del petróleo y el gas empiezan a distanciarse.

En ese entorno, Reynés enfatiza su reducción de gastos, su plan de eficiencia: desde junio de 2018 ya hemos ahorrado 380 millones de euros anuales en reducción de costes recurrentes.

Y también defiende lo que toca, lo políticamente correcto: resalta sus inversiones en renovables. Pero no acaba de colar: Naturgy tardará lustros en vivir de las renovables y no del gas. Además, no tiene la menor intención de hacerlo.

Resultados: un Ebitda que crece un 6,6%.

El resultado neto crece. En términos ordinarios (depreciación de activos), crece un 15%.

Deuda: se queda como está. Se mantiene el nivel de endeudamiento también porque Naturgy es propiedad de Criteria y de dos fondos, ergo tiene que remunerar a unos accionistas muy peticionarios. Eso sí, cumple con los 1,37 euros de dividendo por acción, el compromiso asumido en el plan estratégico, además del sistema de recompra de acciones.

“Naturgy está seriamente comprometida con la transición energética” asegura Reynés. ¿Qué otra cosa puede decir? Y se apunta a la carrera: en 2019, Naturgy redujo un 16% sus emisiones en CO2.

Advertencia de la CNMC: la inversión en distribución de gas dependerá de la retribución

40 millones de euros al año hemos dejado de recibir por pagos comprometidos en ciclo combinado. Es necesario un mercado de pagos por capacidad. Lo acaba de instalar Italia.

Por cierto, niega ofertas por el GNL: no hay nada. Ninguna oferta por la división de GNL.

Fusiones en Europa: “Estamos bailando”. En principio, sin movimientos a la vista.

Sobre la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y su cierre nuclear. Reynés explica pero no juzga: “En la anterior etapa firmamos un acuerdo que lleva a un calendario (de cierres de reactores) que se inicia en 2025 y termina en 2035”, empezando por la central Nuclear de Almaraz y terminando por la de Trillo, que es la última.

Y luego hace un brindis al sol: “Estoy convencido de que si se puede firmar un calendario es porque se han hecho los cálculos para que la capacidad instalada vaya compensando” lo perdido con los cierres. 

Y de paso, mire por dónde, si no se cubre con renovables tendremos que echar mano de los ciclos que, por cierto, contaminan más que la nuclear.

Circulares sobre distribución de gas. Advertencia a la CNMC: “La inversión depende de la remuneración de la distribución”.

“El consejo de administración se reunió 16 veces en 2019”. El nivel de convivencia entre los grandes accionistas es plácido y su satisfacción parece que lo es también.

Peculiaridad de España, según Reynés: regasificación y capacidad de almacenamiento muy superior al que le corresponde.

Pero la utilización de nuestros ciclos combinados se quedó en el 20% en 2019. Alguien tendrá que pagar ese ‘lucro cesante’.

Y por si no ha quedado claro que la política del Gobierno Sánchez no es su favorita (aunque sin juicio alguno, que conste): no valora el hecho de que Ribera haya sido elevada a vicepresidenta: “no lo valoro porque no sé hacerlo”.

Para entendernos, Reynés se enfrenta, como todo el sector, energético, sobre todo eléctrico, al dilema del sector: quien ha cerrado las nucleares, la señora Ribera, ¿por qué iba a primar el ciclo combinado? A fin de cuentas, el gas contamina más que la nuclear. Por eso, y también porque es una capacidad infrautilizada, Naturgy no tiene previsto construir ningún nuevo ciclo combinado: que funcionen los que hoy están parados.

Para terminar, advertencia de la CNMC. La inversión en distribución de gas dependerá de la retribución.