La ley Trans anunciada por el Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero sigue generando gran polémica al incluir entre sus medidas aspectos relacionados con el ámbito sanitario, educativo y laboral, pero también en lo deportivo. 

Según publica La Razón, Federaciones Deportivas, clubes, asociaciones como “Save Women Sport” y deportistas han criticado con dureza una ley que contraviene los reglamentos internacionales actualmente en vigor y acaba de un plumazo con el principio de Igualdad que debe regir en las competiciones. En su día, el presidente del Comité Olímpico español, Alejandro Blanco, ya opinó sobre la Ley Trans en estos términos.

Y es que, la participación de transgénero en disciplinas deportivas -concretamente femeninas- está generando un profundo debate. Las redes han recordado el caso de Fallon Fox -nacido hombre- quien se convirtió en la primera luchadora transgénero de la MMA, llegando a romper el cráneo, en septiembre de 2014, a su rival, Tamikka Brents, en menos de 5 minutos.

Otro de los aspectos polémicos de esta cuestión lo representa el 'síndrome Karen/Stephen' un hecho real que tiene como protagonista a Karen White, de 52 años, que trabajaba como artista drag en el rastro de Manchester. Su nombre original es Stephen Wood, aunque también ha utilizado el de David Thompson en algún momento de su vida. En 2016 fue condenado a pena de prisión acusado de dos violaciones y varios delitos sexuales con violencia cometidos en 2003 y ese mismo año.

Durante el juicio, Wood alegó sentirse mujer con la intención de ser trasladado a una cárcel femenina. Según informa la BBC , el delincuente, que ya había estado año y medio en prisión por un delito de pedofilia en 2001, fue internado en un módulo para mujeres a pesar de no haberse sometido a un cambio de sexo.

A los pocos días de ser internado en el nuevo centro, bajo el nombre de Karen White, llevó a cabo cuatro nuevos abusos sexuales.

Todo ello, sin olvidar el debate entre feministas y homosexualistas, surgido a raíz de la norma Trans, y que se ha desatado entre los movimientos feministas y el lobby LGTB. Las primeras se han sentido lógicamente aludidas: si la mujer no existe, si el sexo femenino es una mera convención social, ¿por quién ha estado luchando ellas todos estos años? ¿Por los derechos de una quimera, de una mera convención social? Ahora bien, como quien centra el debate gana el debate esto parece un pulso dialéctico entre el error y el horror, por concretar, entre Carmen Calvo e Irene Montero.