Informe del Banco de España (BdE) sobre pensiones. En pocas palabras, Oscar Arce, responsable de Estudios del regulador, viene a decir que el sistema público de pensiones (lo que habitualmente entendamos por Seguridad Social) no está quebrado pero está en peligro de quiebra. Me parece que se queda corto: ya esta en quiebra técnica.

Y esto lo suelta justo cuando más se alaba a las asociaciones de jubilados, con varias marchas, por toda España hacia Madrid y cuando Pedro Sánchez (y también Podemos y el malvado niño Errejón) prometen que elevarán las pensiones según el IPC… justo cuando se establece el mercadillo árabe de las ofertas electorales a nuestros mayores.

Las tres soluciones: a corto plazo retrasar la edad de jubilación. A largo, el salario maternal. Siempre, cambiar cuotas por IVA

Todo tan previsible como demagógico. Por eso, la voz de advertencia del BdE que lidera Pablo Hernández de Cos suena en la izquierda como un graznido doliente: saben que dice la verdad que ellos ocultan.

Asegura el informe del BdE que subir las pensiones del IPC conduce a la inviabilidad del Sistema (vulgo, quiebra). Insisto: esa es la promesa electoral de Pedro Sánchez maravilloso demagogo de Moncloa.

Y no se trata de buscar culpables. Lo culpables somos todos, los demagogos sólo algunos. España es una sociedad envejecida, nos hemos negado a tener hijos y ahora cargamos el insufrible peso de las pensiones sobre los impuestos laborales, con lo que conseguimos el premio doble: Seguridad Social quebrada e incapacidad para crear empleo, porque las cuotas sociales son tan elevadas que el empresario se lo piensa tres veces antes de crear empleo y siempre que puede recurre a las subcontratas, al empleo precario o a los autónomos (sí, falsos autónomos).

En un sistema público de pensiones, el que no haya tenido hijos no debería cobrar la jubilación

A la izquierda le encanta la demagogia de bramar contra l precarización del empleo y el trabajo en la sombra mientras mantiene unos impuestos laborales excesivos que convierten la creación de una empresa en algo parecido a lo imposible.

El único tema de campaña electoral debería ser el envejecimiento de la población. No hay otro. Y lo será, pero sólo para emitir nuevas promesas que nos llevarán a la ruina del Estado, no para ofrecer soluciones.

Eso sí, ni los partidos políticos ni el Banco de España ofrecen eso: soluciones. El BdE es muy bueno en los diagnósticos, que no en las terapias, que no formula ninguna.

Pues bien, tres soluciones para evitar la quiebra de las pensiones son:

1.A corto plazo, retrasar la edad de jubilación. Justo lo contrario de lo que se está haciendo y justo lo que los partidos políticos, tampoco el PP, se atreven a proponer. Están en juego, sólo en pensiones contributivas, 9,7 millones de votos. Naturalmente, no será el demagogo Sánchez quien se atreva a hablarles claro a los ancianos.

2.A largo plazo, el salario maternal: ni no mejoramos la natalidad no se podrá mantener el pie el Estado. Necesitamos rejuvenecer la población ofreciendo a las parejas que tengan hijos –el mejor activo del Estado moderno son los bebés- una ayuda para criarlos y educarlos. Son los futuros contribuyentes, los futuros sostenedores del Sistema de pensiones y del sistema sanitario. Ahí sí que procede aumentar el gasto público… como hacen los países de nuestro entorno.

3.A corto y a largo plazo: hay que reducir las cuotas laborales que financian las pensiones para que el empresario cree empleo y sustituirlas por IVA. Los japoneses van a por ahí y los centroeuropeos llevan mucho tiempo ahí.

España trata mejor a sus ancianos que a sus jóvenes. No pagamos malas pensiones pero sí malos salarios

Y por cierto, menos apelaciones a la justicia social en el sistema de pensiones: España trata peor a sus jóvenes que a los ancianos. Lo vergonzoso en España no son las pensiones sino los salarios.

Y otra cosa: en puridad, en un sistema de reparto, público, aquel que no haya tenido hijos no debería tener derecho a pensión. Recuerden, se trata de un sistema de “reparto”, entre generaciones solidarias. El pensionista de hoy no paga su pensión con sus cotizaciones del pasado; con esas pagó la pensión de su padre, de la misma forma que sus hijos pagan ahora la suya. Por tanto, si no tuvo hijos no debería tener derecho a pensión pública: no ha colaborado con el sistema de reparto al no aportar contribuyentes futuros… que son los que pagarán su pensión de jubilación.

Pero no oirán hablar mucho de esto en campaña. La demagogia se ha apoderado de España, con Pedro Sánchez, el demagogo mayor del reino, al frente.