Este viernes, en la Junta de Enagás ha quedado muy claro que la transición energética es “imparable”, así lo han señalado tanto su presidente, Antonio Llardén, como su CEO, Marcelino Oreja, en sus intervenciones. Eso sí, ambos han subrayado que en este proceso, las renovables por sí solas no bastan: se necesita el gas natural.

Un argumento que no es más que la pura realidad, claro que también resulta interesado, pues Enagás se dedica precisamente al gas natural: es su principal transportista de gas natural y el gestor técnico del sistema gasista español. “Para que la descarbonización sea económicamente viable tiene que apoyarse en el gas natural”, según Oreja, quien ha añadido que el 70% del consumo de este hidrocarburo en España lo hizo la industria y esto a día de hoy “no tiene alternativa”, además, la demanda ha crecido un 4%.

El 70% del consumo de este hidrocarburo en España correspondió a la industria y esto a día de hoy no tiene alternativa

Llardén no se quiere jubilar (ya tiene 68 años) y se siente con fuerza para seguir al frente de Enagás. “Los accionistas me pueden echar cuando quieran […], voy como Simeone, partido a partido”, ha bromeado. Eso sí, no sólo depende del accionariado, en el que está presente el Gobierno (la SEPI tiene un 5%), también del resultado de las elecciones generales del 28-A. Y al hilo de todo esto, tres consideraciones relevantes:

  1. Ser dueño de un 5% de Enagás no es poco, puesto que la ley española y europea por la que se rige contempla que ningún accionista puede tener una participación superior, y en el caso de tenerla, se le quitarían sus derechos de voto.
  2. Un escenario que le da tranquilidad a Llardén, pues no es posible una OPA. Eso sí, solo el 27% del accionariado es español, el resto (73%) es internacional.
  3. El resultado de las elecciones generales del 28-A podría influir en los planes de Llardén o no… Era consejero de Enagás cuando fue nombrado presidente ejecutivo en enero de 2007, estando el socialista José Luis Rodríguez Zapatero al frente de La Moncloa, pero ojo, ha mantenido su cargo con los dos siguientes presidentes del Gobierno (el popular Mariano Rajoy y el socialista Pedro Sánchez).

Enagás también apuesta por los gases renovables, la expansión internacional... y una remuneración atractiva para el accionista

Llardén ha destacado que el gas natural llegó a España hace 50 años y que Enagás “lleva 12 años cumpliendo objetivos”, casualmente los que él lleva teniendo las riendas. En cuanto al futuro, a la apuesta por el gas natural, se suma: la apuesta por los gases renovables (hidrógeno -este es bastante inestable, pero cree que puede servir como almacenamiento de energías renovables- y biometano); seguir gestionando la red de distribución de España; la expansión internacional y activos complementarios (por ejemplo, el gas natural licuado -GNL- en barcos y ferrocarriles).

El presidente de Enagás también ha mencionado la operación en EEUU junto a Blackstone y el fondo soberano de Singapur -GIC-, con la que ha obtenido una participación indirecta del 11% en Tallgrass Energy, la cual tiene previsto aumentar en un 3,5%. Los dos desafíos de la gasista son producir más energía e impulsar la transición hacia una economía más descarbonizada, al mismo tiempo que genera una remuneración atractiva para el accionista: el dividendo ascenderá a 1,53 euros, un 5% más que el año anterior, y seguirá creciendo a este ritmo hasta 2020, después se elevará un mínimo de un 1% entre 2021 y 2023.