Un juez ha suspendido la orden del gobierno manchego, que preside el socialista Emiliano García-Page, según la cual la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha prohibía todo acto de culto -en otra palabra, la celebración de misas-, en la localidad albaceteña de Villamalea.

El juez aduce, con cierto sentido común, del que, al parecer,  carece la consejería, que un acto litúrgico no propicia el coronavirus, como si lo hacen reuniones sociales, lúdicas, etc.

A lo mejor los precedentes jurídicos se sientan en Albacete. Y bienvenidos sean de cara a un posible segundo confinamiento, arresto domiciliario, por ahora posible, aunque no probable. Recuerden que durante el anterior, se prohibió de hecho, por parte del Gobierno Sánchez, la Eucaristía (sólo se podía salir de casa para ir a comprar comida, sacar al perro y poco más)  con la lamentable connivencia de algunos jerarca eclesiásticos. Por ahora, la decisión de este juez debe ser tenida en cuenta: constituye uno de los escasos precedentes judiciales en defensa de la libertad de culto y de la Eucaristía.