Indra quiere comprar Industria de Turbopropulsores (ITP) que, desde diciembre de 2017 está en manos (100%) de Rolls-Royce. Como recordarán, la compañía británica llegó a un acuerdo en 2016 con la empresa vasca Sener, propiedad de la familia Sendagorta, para comprarle el 53,12% de ITP por 720 millones de euros.

Aunque el acuerdo se firmó en julio de 2016, no fue hasta la primavera de 2017 cuando recibió el visto bueno de Europa y, más importante aún, no se pudo cerrar hasta diciembre de ese mismo año, una vez autorizada por el Gobierno de Mariano Rajoy.

Había tanto en juego que el Consejo de Ministros aprobó la operación con unas condiciones muy concretas

La decisión no fue fácil. De hecho, la entonces ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, la demoró todo lo que pudo. Estaba en juego una empresa clave, no solo para la defensa española, sino para Europa: fabrica los motores del avión militar A400M y del Eurofighter, además de los del helicóptero Tigre.

Había tanto en juego que el Consejo de Ministros aprobó la operación con unas condiciones muy concretas. Por ejemplo, mantener la fábrica en nuestro país, que uno de los consejeros fuera nombrado directamente por el Ministerio de Defensa y que tanto el presidente como el CEO fueran españoles.

El problema del presidente de Indra es que no genera ingresos

Ahora, siete meses después, Fernando Abril-Martorell quiere ‘recuperar’ la participación que tenía Sener en ITP y que le costó 720 millones de euros a Rolls-Royce. Y quién mejor para negociar que Ignacio Mataix, excompañero de colegio de Abril-Martorell, consejero ejecutivo de Indra y ex director general de ITP. Lo tiene todo.

La compra de ITP por Indra responde a la táctica que ha empleado Abril-Martorell desde que llegó a la Presidencia de la compañía: comprar, que no rentabilizar. El antiguo CEO de Prisa, de Credit Suisse y de Telefónica, está más preocupado por la cotización en bolsa que por los resultados. En otras palabras, el problema del presidente de Indra es que no genera ingresos. Por eso compró Tecnocom en 2016 por 345 millones de euros y por eso ahora tienta a Rolls-Royce para que le venda ITP.

Relacionado