Pablo Iglesias, derrotado, ha anunciado que deja la política. “Creo que no contribuyo a sumar”, ha afirmado. “Dejo todos mis cargos”, “cuando uno deja de ser útil hay que saber retirarse”, “he puesto toda mi inteligencia y pasión”, han sido algunas de sus frases.

El candidato de Unidas Podemos dejó de ser vicepresidente del Gobierno y ahora ha fracaso en Madrid: este 4-M ha sacado diez escaños, sólo tres más que en 2019. “Hemos fracasado”, pues sus resultados “siguen siendo insuficientes para ser una alternativa a la derecha”.

Iglesias ha aludido a que la victoria de “la derecha trumpista de Isabel Díaz Ayuso y la consolidación de la ultraderecha es una tragedia para la sanidad pública, la educación pública y los servicios públicos, pero es lo que ha votado la mayoría con una participación histórica”. Unas palabras curiosas, pues el lema electoral de la formación morada era “Que hable la mayoría”… y eso ha sucedido. También ha felicitado a Más País, que ha sacado 24 escaños, los mismos que el PSOE pero con una ventaja de más de 4.000 votos. 

La derecha trumpista de Isabel Díaz Ayuso y la consolidación de la ultraderecha es una tragedia para la sanidad pública, la educación pública y los servicios públicos, pero es lo que ha votado la mayoría con una participación histórica

El hasta ahora líder podemita también ha analizado los resultados en clave estatal: “Van a agudizar diferencias de Madrid con otros territorios y su deslealtad con el Gobierno y otras instituciones se va a intensificar”. Asimismo, ha recordado, en su opinión, “el incremento de la agresividad sin precedentes de Vox y PP y del discurso fascista desde muchos medios de comunicación”. Y por supuesto, se ha hecho la víctima: “tengo mi conciencia de haberme convertido en un chivo expiatorio”.

Tranquilos, parece que Jaume Roures le dará trabajo e Iglesias mantiene el chalezazo de Galapagar. De cara al futuro de Unidas Podemos, considera que Yolanda Díaz “puede ser la próxima presidenta y que Isa Serra puede construir una alternativa con un equipo en la Asamblea de Madrid. Por último, destacar que ha empezado su comparecencia diciendo “buenas noches a todos y a todas”… En casa, Irene Montero le va a dar un tirón de orejas, porque debería haber dicho a todos, todas y todes.