Greta Thunberg es muy global, pero también muy solidaria. La activista climática no piensa asistir a la cumbre del COP26, en Glasgow, a menos que haya un cambio significativo en la campaña global para la administración de vacunas. "Esto tiene que ocurrir de la manera adecuada", ha advertido. "Por supuesto, lo mejor que podría pasar es que todo el mundo pudiera vacunarse lo antes posible para poder participar en los mismos términos".

Y como Greta -desde la experiencia que le aportan sus 18 años- siempre tiene recomendaciones que dar al Gobierno británico le pide un aplazamiento temporal de la cumbre "hasta que los niveles de vacunación global hayan subido". Si la cumbre siguiera adelante, su ausencia podría restar peso a la participación de la sociedad civil y de las nuevas generaciones.

Y mientras, Greta no se detiene. De hecho, tal como publica El Mundo, ha reemprendido su campaña de Fridays for Future con nuevas acciones bajo la consigna "No más promesas vacías", haciendo hincapié en temas como la desinversión en combustibles fósiles, el fin de la Política Agraria Común europea o la marginación de las comunidades indígenas de la Amazonia durante la pandemia. Con lo tranquilos que deben estar los indígenas.