El valor en bolsa de FCC, en términos de capitalización, asciende actualmente a 4.493 millones de euros, y participación del Carlos Slim, accionista de referencia, supera el 60%. Esa ecuación da una idea del peso del magnate mexicano en el grupo de construcción y servicios, pero el beneficio que ha logrado es otra cosa y no menor, precisamente: supera los 1.000 millones de euros en los cuatro años de su negocio en España.

En noviembre de 2014, tras el acuerdo firmado con Esther Koplowitz, Slim  compró el 25,6% del consorcio por 650 millones de euros, a un precio por acción de 9,75 euros, con un descuento del 15%, y en el marco de una ampliación de capital de 1.000 millones. Esas acciones cotizan ahora algo más de dos euros por encima que entonces, a 11,88.

Su inversión se ha revalorizado un 39%

A esa inversión inicial hay que sumar otros 1.000 millones, con los que ha elevado su participación hasta el 60% actual (algo más), entre en dos ampliaciones y la última OPA, pero el precio pagados por acción ha sido de 7,5 euros, lo que eleva la diferencia a más de cuatro euros respecto a los 11,88 euros a los que cotiza ahora (martes, 28 de agosto).

Las dos referencias valen para la misma conclusión: que su inversión se ha revalorizado un 39%, tanto en términos de capitalización y la diferencia entre el precio al que compró y actual como por lo que ha aumentado el valor de su inversión. En concreto, ha ganado 1.050 millones en cuatro años.

El precio medio al que ha comprado las acciones ha sido de 8,4 euros (la media entre las compras a 9,75 y 7,5 euros) y su inversión de 1.650 millones para tener el 60% de FCC vale en bolsa 2.700 millones.

El dinero que sale de la empresa -el dividendo- se evapora

Slim, dicho de otro modo, ha hecho un negocio redondo con FCC. Dicho sea lo cual, mientras el magnate se ha empleado a fondo para sanear la deuda corporativa, bien a base de ventas, como el 49% de Aqualia al fondo australiano IFM a y haciéndose el remolón para volver al dividendo al dividendo, lo que crea un problema a Esther Koplowitz para poder pagar su deuda.

No es ocioso recordar que uno de los principios del Grupo Carso, el brazo financiero de Slim, aplicado a FCC, sea que “el dinero que sale de la empresa (el dividendo, para entendernos), se evapora.” Así lo expuso en el Día del Inversor de FCC, con un añadido: “por eso por eso reinvertimos las utilidades”.