Evo Morales anunció su dimisión como presidente de Bolivia el 10 de noviembre, y dos días después apareció en México donde había pedido asilo. ABC ha entrevistado al dirigente izquierdista en Ciudad de México.

Preguntado por la información publicada sobre la posible influencia de espías chinos y rusos para impulsar las protestas en Ecuador y Chile, ha respondido: “No tengo información. Tengo buena relación con China y con ellos siempre hablé de comercio, de desarrollo, de invertir. Con Rusia estamos esperando y quiero que haya presencia de Rusia en América Latina para frenar esta forma de hegemonizar. Queremos buenas relaciones con Rusia que permitan equilibrar la situación”.  

Acerca de la expulsión por el Gobierno interino de varios cubanos y venezolanos desde que tomó el poder, Morales ha señalado: “Sobre la relación con Cuba, he decir que gracias a nuestros programas de cooperación se han operado 700.000 personas gratuitamente. La gente está ahora pidiendo a gritos que vuelvan los médicos cubanos. Ya no hay tomografías, terapia intensiva y hay hospitales cerrados. Eran médicos para la gente más humilde”.

Y cuestionado acerca de por qué no dio inmediatamente respuesta al informe de la OEA que le acusaba del fraude electoral, se ha justificado: “El acuerdo con la cancillería de la OEA es que había que entregar un informe el día 13 de noviembre. El día 10 de noviembre en la madrugada nos pasan la información preliminar y vimos que había decisiones políticas y no técnicas. Entonces, pedí hablar con Luis Almagro, el secretario general de la OEA. No pude hablar con él. Y avisé que con ese informe iban a provocar muertos en Bolivia. Hasta la semana pasada no hay informe oficial de la OEA. Con ese informe, fortaleció el golpe de Estado, que se inició el 21 de octubre, el día después de las elecciones”.