Entre Bruselas y La Habana, el mundo se cachondea de don Pedro Sánchez. Como resulta que Sánchez es presidente de España, el mundo se está burlando de España, que ha pasado de potencia de segunda división a hazmerreír de la diplomacia internacional.

Y así, la Unión Europea, con el presidente español en el Caribe, utiliza la previa renuncia española a la soberanía sobre Gibraltar para endosarnos un acuerdo sobre el Brexit que perpetúa, no sólo la colonia británica, sino las burlas al Fisco y a la seguridad española en el Campo de Gibraltar, convertido en paraíso fiscal, ruta de narcotraficantes, trata de inmigrantes y violencia mafiosa. Pero eso sí: de soberanía británica. La piratería del Reino Unido florece en Andalucía.

Ahora, Moncloa asegura que Bruselas ha actuado con «nocturnidad y alevosía». ¿Qué esperaban?

Ahora, Moncloa aseguran que Bruselas ha actuado con “nocturnidad y alevosía”. ¿Qué esperaban?

Al tiempo, los castristas cubanos, la más repugnante tiranía hispana recibe con los brazos abiertos al títere Pedro Sánchez, a quien han hecho la agenda más conveniente para que sirva de propagandista de un régimen que lleva vendiendo apertura desde hace un cuarto de siglo… y que no termina de abrir la puerta a la libertad. Las declaraciones del opositor Guillermo Fariñas que ayer recogía Hispanidad, no precisan explicación.

Y el castrismo le hace la agenda a Sánchez en Cuba y utiliza su viaje como propaganda

El mundo se burla de Pedro Sánchez y de España. Pero no todo es negativo. Así, el gran asesor presidencial, Iván Redondo, que no está en baja, defiende que lo único que tiene que hacer Pedro Sánchez es ganar sus primeras elecciones para legitimarse. Y claro, como en España ya se le conoce, lo que debe hacer es campaña en el exterior, con viajes continuos a cualquier país, en calidad de estadista. Cuanto más tiempo pase fuera de España mejor, cuanto más participe en más foros y estreche más manos, mejor que mejor. ¿Y qué vende en el exterior nuestro aprendiz de estadista? Feminismo, naturalmente. Con eso basta.

Pero, para Iván Redondo, todo marcha: el presidente debe hacer su campaña electoral en el extranjero, en calidad de estadista

Además, lo que importa en los viajes no son las palabras, sino la foto y el vídeo. Y si estás fuera, te alejas del fango en el que se ha convertido la política española, digamos interna, donde Sánchez -aquí lo conocemos- siempre se sitúa al borde mismo del ridículo.

No lo duden, estamos triunfando.