Pedro Sánchez no ha conseguido los votos necesarios para sacar adelante su investidura. Por lo tanto, tiene hasta el 23 de septiembre para formar Gobierno o, de lo contrario, España tendrá que votar -otra vez- en unas generales, el 10 de noviembre.

En esta segunda vuelta, Sánchez tan solo tenía que aglutinar más síes que noes, para lo que necesitaba el apoyo de Podemos y la abstención de ERC. No obstante, debido a la ruptura de negociaciones con el partido de Pablo Iglesias, la suma de los votos a favor ha sido insuficiente. Así, el resultado ha sido el siguiente: 124 síes, 155 noes y 67 abstenciones.

A lo largo de la mañana se daban a conocer las tensiones entre socialistas y podemitas, que no llegaban a alcanzar un punto medio para sacar adelante la investidura de del presidente. Pedro Sánchez anunciaba en cierto modo la disidencia de los grupos en su discurso –“yo no seré presidente, ahora”-, previo a la votación, y que confirmaba la portavoz de su partido, Adriana Lastra, al comienzo de su intervención: “Hoy no es un buen día”.

Pablo Iglesias ha criticado la manipulación del PSOE en los medios: “Han editado nuestro documento para cambiar propuestas por exigencias

Y es que los diez minutos -alguno más- de los que disponía Sánchez para tratar de convencer a la desesperada a los diputados, los ha utilizado para cargar contra Podemos y, más en concreto, contra Pablo Iglesias. “El programa de gobierno era una cuestión muy secundaria para usted, señor Iglesias”, le recriminaba el presidente. Asimismo, ha justificado su negativa a las peticiones de los podemitas utilizando su falta de experiencia al mando de los cargos que exigían. "Aspiro a presidir el Gobierno, pero no a cualquier precio ni cualquier Gobierno", decía a sus compañeros "de izquierdas a la izquierda del PSOE" -que no ultraizquierda-. "Entre la presidencia del Gobierno y mis convicciones, elijo mis convicciones", concluía Sánchez.

Por su parte, Iglesias ha respondido en un tono más comedido que el presidente -en funciones-, reprochándole que desde su partido, además de filtrar “en tiempo real todo a los medios de comunicación”, “han editado nuestro documento para cambiar propuestas por exigencias”. Respecto a las acusaciones que le condenan de dejar el programa de lado para centrarse en los nombres, ha contestado que “lo único que pedimos son competencias, no sillones”.