Estamos hablando del cobro irregular de 600.000 euros en dietas por parte del que fuera presidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Modesto Crespo, entre 2009 y 2011. No es, por tanto, el juicio que aclara los motivos de la caída de la entidad, la primera en ser rescatada (julio 2011) con 26.300 millones de euros de dinero público, entre el FROB y el Esquema de Protección de Activos (EPA).

La sentencia de este martes es el chocolate del loro y se concreta en la condena de Roberto López Abad a dos años y medio de prisión por un delito de apropiación indebida. Junto al director general de la entidad, otros cuatro consejeros han sido condenados, por el mismo delito, a un año y medio de cárcel.

Sin dejar de ser delitos, lo cierto es que la CAM no cayó por esas dietas, sino por conceder créditos dolosos

La condena menor ha sido, precisamente, para Crespo, que llegó a un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción y admitió el cobro irregular de esos 600.000 euros. Tendrá que hacer frente a una pena de nueve meses de prisión, una multa de 9.000 euros y, eso sí, devolver el dinero cobrado.

Sin dejar de ser delitos, lo cierto es que la CAM no cayó por esas dietas, sino por conceder créditos dolosos, algo mucho más difícil de probar. De hecho, la Audiencia Nacional condenó en octubre de 2017 a cuatro exdirectivos de la entidad a penas de entre dos y cuatro años de cárcel, por falsear las cuentas, pero no pudo probar la concesión de créditos dolosos por parte de los responsables de la entidad.