Lo cuenta el Wall Street Journal (WSJ). El famoso laboratorio de Wuham pudo ser el origen del coronavirus. Y por si no había quedado claro, WSJ recuerda que pudo tratarse de una negligencia china pero que, miren por donde, también pudo ser producto de la colaboración de dicho laboratorio con el Ejército chino. Ese mismo ejército que ahora intenta superar al ejército norteamericano, tanto en el control del mar como del aire. Es decir, que pasaríamos de negligencia a arma biológica, de chapuza china a agresión china. 

Y con ello, otra vez, Joe Biden imita a Donald Trump. Lo que antes eran baladronadas y sinsentidos de Donald ahora son las políticas responsables de Joe, exigiendo trasparencia a los chinos.

Trump exige que los chinos paguen por el virus. Y Biden le imitará, no lo duden, en el plazo de un mes. El Covid fue otro instrumento de los demócratas para echar a los republicanos de la Casa Blanca. Conseguido el objetivo, ya pueden hacer suya la idea y ponerse del lado de la verdad.

Las CCAA están descubriendo que el Gobierno central es menos poderoso de lo que aparenta

Pero hay mucho más que reseñar en este Diario de Pandemia. A pesar de las vacunas, o más aún con ellas, la gente está cada vez más confusa y no sabe a qué atenerse. El Covid ha sido el virus de la confusión. Son tantas las variables que se entrecruzan en el coronavirus que la opción más científica -sí, he dicho científica- es la confianza en la Providencia: parece el camino más racional de todos.

Ejemplo, desconocemos el origen del virus pero hay otra cosa que tampoco sabemos: ¿por qué a unos les afecta más que a otros, a unos de forma esporádica, a otros de forma letal?

Por eso, la lógica más sensata frente al coronavirus consiste en abandonarse en manos de Dios sin dejar de poner por ello los medios que aconseja el sentido común… lo que excluye a los doctores Fernando Simón y al doctor Anthony Fauci, ambos muy defensores de los chinos, aunque este segundo haya cambiado, dado que quiere mantener su cargo en la Administración norteamericana de Biden. Ahora, Fauci pide información a Wuhan: ¡Qué cosas!

Es decir, la confianza en la Providencia implica sensatez: poner los medios -lógicos, no exagerados- para no contagiarse pero no dejarse esclavizar por las prevenciones que lleven a nuestro sentido común a concluir aquello de “para vivir así, prefiero el virus” que, insisto, es una de las frases más logradas de toda la pandemia.

Justo cuando abrimos las fronteras al turista

Además, no olviden que toda la historia humana no es más que la combinación entre gracia de Dios y libertad humana.

Por último, actuar con esta sensatez, que algunos llaman irresponsable, implica evitar el liberticidio que estamos sufriendo: no ceder ante quienes están aprovechándose del Covid para crear una sociedad temerosa, dominada por el pánico, dispuesta a renunciar a su libertad individual con tal de sobrevivir.

Churchill aseguraba que los nazis le dieron a elegir al Gobierno inglés entre deshonor y la guerra: eligieron el deshonor y tuvieron la guerra. Pues bien, que el virus no sea aprovechado por los poderosos más maliciosos del planeta para darnos a elegir entre la supervivencia y la esclavitud, no vaya ser que elijamos la esclavitud y, encima, encontremos la muerte.

Trump exige que los chinos paguen por el virus. Y Biden le imitará, no lo duden, en el plazo de un mes. El Covid fue otro instrumento de los demócratas para echar a los republicanos de la Casa Blanca

Resulta mucho más práctico escribir que Dios también es el Señor del Azar, de ese azar que, para el hombre, resulta totalmente incontrolable. Confiar en Cristo es el método más científico que existe para tomar, y en libertad, las decisiones adecuadas.

Otrosí: hoy lunes, 7 de junio, España abre sus fronteras a los turistas. Justo tras un fin de semana de enfrentamiento entre las regiones y Gobierno Sánchez y cuando la tontuna de la cogobernanza se ha mostrado como lo que es: una gran mentira. Pero ojo, porque las CCAA están descubriendo que el Gobierno central es menos poderoso de lo que aparenta y que sus normas pueden ser más reconocidas por su acatamiento que por su observancia.

El Señor del azar. La confianza en la Providencia implica sensatez: es decir, poner los medios -lógicos, no exagerados- para no contagiarse pero no dejarse esclavizar por las prevenciones

Y justo cuando abrimos las fronteras al turista los ingleses exigen cuarentena a quienes vengan de España. ¡Pues peor para ellos y peor para el centrífugo de Boris Johnson! A lo mejor, lo que hay que promocionar es el turismo español en España. Gasta más dinero que el británico, salvo en licores.