De micrófono en micrófono y con sonrisa eléctrica, el presidente del Gobierno ha anunciado que, a partir del 25 de mayo, los ingleses y otros nueve países 

Eso sí, resulta que Boris Johnson insiste en que no se puede viajar  España, país naranja, vamos que no les guste mucho. Además, cuando regresen de sus vacaciones en España, los ingleses tendrán que guardar cuarentena.

Y luego está el certificado verde digital (aquí todo es verde y digital): es decir, lo que te permite viajar por Europa. Eso sí, pobre de ti si no te has vacunado que, como sabes, es decisión libérrima, claro que si no lo haces no te podrás mover.

Cumbre sanitaria del G-20:  no tenemos ni idea de lo que va a ocurrir

Cumbre sanitaria del G-20, también con la participación del político más parlanchín que vieran los siglos: Pedro Sánchez Pérez-Castejón. ¿Cómo se resume esta cumbre del G-20? Sencillo: no tenemos ni idea de lo que va a ocurrir en la economía Con el virus a lo mejor sí pero con la consecuencia del virus, ni idea. La humanidad es hoy aprendiz de brujo que no sabe a qué atenerse tras la leche derramada. 

Es hora de reescuchar a Antonio Cañizares: no puedes emplear restos de niños abortados para hacer vacunas. Se acepta como mal menor pero sigue estando mal

Y con todo este barullo, es hora de reescuchar al arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares: no puedes emplear restos de niños abortados para hacer vacunas. Se acepta como mal menor, y así lo ha hecho la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, pero sigue estando mal. Es hora de restablecer el orden mental. Cañizares tenía razón.  

Y esto es bello e instructivo porque resulta que el Obispo tenía toda la razón a pesar de que sus palabras fueran calificadas como un bulo por parte de muy serios diarios y verificadores, por ejemplo, nada menos por el diario La Vanguardia, que calificó así, como bulo, las palabras de Cañizares, que eran una verdad como un templo.

Para ser exactos, la vacuna a la que se refería el obispo de Valencia era Astrazeneca. Y si lo quieren más riguroso, todas las vacunas ADN (Astrazeneca, Janssen, las rusas, la china) han utilizado líneas celulares procedentes de seres vivos. Las vacunas ARN (Pfizer y Moderna) también han podido emplear líneas celulares procedentes de abortos, pero sólo en su postproducción.