España es cada vez menos católica y el coronavirus -mejor, el confinamiento- ha acelerado el proceso. ¿Habrá influido el cierre de los templos y, sobre todo, la prohibición de asistir a misa? No lo sabemos, pero los datos están ahí. Le cedemos esa reflexión a los obispos. El caso es que, según el CIS de septiembre publicado este jueves, sólo el 59,2% de los encuestados se declara católico, frente al 61,2% del mes de abril. Es el menor porcentaje de la historia.

Eso sí, la cifra de católicos practicantes ha aumentado hasta el 20,4%, frente al 19,5% de abril. En otras palabras, las bajas se han producido entre los católicos que se declaran no practicantes y que han pasado del 41,7% de abril al 38,8% de septiembre. Está claro que el católico que no practica necesita muy poco para dejar de considerarse como tal.

Llama la atención, en cualquier caso, que el porcentaje de “indiferentes, no creyentes” ha disminuido hasta el 10,6%, desde el 11,5% registrado en pleno confinamiento. En el lado opuesto, el porcentaje de creyentes de otras religiones ha aumentado desde el 1,8% de abril al 2,7% de este mes. Por su parte, los que se declaran agnósticos también han subido hasta el 11,8%, frente al 11,1% de abril, y los ateos permanecen prácticamente igual (13,6% frente al 13,5% de abril).