Apenas horas después de anunciarse que el Gobierno Sánchez decretara el estado de alarma en Madrid y el cierre de la capital y de otros ocho municipios, muchos madrileños se echaron a la calle con la bandera de Epsaña, en la cuasi víspera de la Fiesta Nacional. Una parte de ellos acabaron ante la sede del PSOE, en la calle Ferraz, ya fuertemente resguardada por los antidisturbios. Ahora, al grito de 'Gobierno dimisión' se une el de Gobierno a Prisión, una variante novedosa. 

Por cierto, la ministra de Educación, Isabel Celaá, huía a Barcelona en un avión de Air Europa, no sabemos si incumpliendo la normativa de su propio Gobierno o huyendo de los manifestantes.

Celaa en avión

El show comenzó antes, a eso de las 14,30, en la sala de prensa de Moncloa, enmarcada por dos eslóganes: “Este virus lo paramos unidos” y lo de "España puede", vaya que sí que puede. Sobre todo, si cuenta con Pedro Sánchez en la Presidencia.

Salvador Illa asegura que el encierro domiciliario de primavera fue un éxito… a pesar de que España marcó el récord de muertos por coronavirus

Y en esa sala irrumpen, con casi dos horas de retraso sobre el horario previsto, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el de Interior, Fernando Grande Marlaska, el de la bata y el de la porra.

Illa, siempre económico con la verdad, nos explica los hechos, cuyo signfiicado, aunque él no valora, tan sólo constata, es sencillo: la presidenta, Isabel Día Ayuso no ha querido colaborar y el buen Gobierno se ha visto obligado a lanzar un estado de alarma para una sola comunidad autónoma, uniprovincial, por más señas.

Sánchez le impele a matar moscas a cañonazos: un estado de alarma sólo para Madrid… porque Madrid es un bastión del PP. Bueno, y también para salvar vidas

En efecto, Madrid ha sido cerrada. Bueno, nueve municipios de Madrid, incluida la capital está perimetralmente confinada. Lo que significa que no puedes salir del término municipal, de allá donde manda el alcalde. Naturalmente, en Madrid viven más de 6,5 millones de personas, y sólo en la capital 3 millones. Eso sólo se consigue destacando un ejército de policías. Y para eso estaba allí Fernando Grande Marlaska, juez de un Estado de  Derecho. Antes de que terminara la rueda de prensa ya estaban las policías fastidiando al ciudadano en las calles y las redes sociales ya comparaban a los madrileños con los orcos.

Orcos

El jefe de la oposición, Pablo Casado, aseguraba que el ensañamiento con Madrid se debía a la soberbia y chulería de Pedro Sánchez. No sé por qué habla de soberbia y chulería, en un personaje humilde y modesto como don Pedro.

Pero Illa -“yo no valoro, yo constato”, el hombre que nunca entra en polémicas, nos explicó que habían tenido que hacerlo porque Isabel Díaz Ayuso había jugado sucio desde el primer momento y, como quien no quiere la cosa, comenzó su discurso aludiendo a la petición de Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad Madrileña, más conocido como ‘Iñaki Traiciones’, petición que no consta en acta pero lo mismo da.

Illa lo único que quiere es salvar vidas, como Pedro Sánchez, y Ayuso estaba empeñada en que los madrileños murieran de coronavirus, razón por la cual, ha tenido que ser humillada por un decreto-alarma con nombre propio: dedicado a Madrid.

Para entendernos, que el PSOE cierra Madrid… lo que no se atrevió a hacer con Navarra, Euskadi, Cataluña o Aragón o La Rioja, que estuvieron igual de mal o peor que Madrid en verano. Ojo, o como Castilla-La Mancha, con un Emiliano García Page que habla de la bomba vírica de Madrid… cuando él tiene más muertos por Covid que Madrid. Total los madrileños, 15 día encerrados.

Porque claro, no se trataba de enfadar a sus socios separatistas ni de cargar contra Aragón o La Rioja que son socialistas. Contra Madrid, bastión del PP, sí. Pero lo hacen por nuestro bien, por salvar vidas.

Momentos Illa: ahora que los epidemiólogos (Barrington) se vuelven contra el confinamiento, el ministro asegura que los criterios científicos se toman por mayoría

Hispanidad pregunta a don Salvador por el informe Barrington: ya aumentan por momento, ya han superado los 10.000 los investigadores y 20.000 médicos. Que se han sumado a un informe que en pocas palabras viene a decir lo siguiente: el confinamiento no evita el virus y, además, perjudica la salud física y mental de la población.

Y aquí surge el mejor Illa, ya no económico sino ruinoso con la verdad. Recuerden que el catalán siempre hablaba de que ellos se guiaban por evidencia científicas (una contradicción) y por criterios de expertos. Pues miren por donde, tras el Informe Barrington, como los científicos dicen lo contrario que los desconocidos investigadores y expertos de Illa, asegura Don Salvador que el Gobierno se rige por la opinión “preponderante”. Es decir, que las evidencias científicas, anteayer inequívocas, son ahora, una cuestión de mayorías.

Ejemplo, procédase a hacer una encuesta entre científicos y “expertos” varios y según la opinión que se imponga esa es la que apliqua al gobierno. El voto de Fernando Simón es de calidad.

Y ya, cuando Illa se coronó, cuando rozó aquello que podríamos calificar -Dios me perdone- como  cinismo, escuando la otra pregunta de Hispanidad, sobre el hartazgo de la gente con tanto ataque de su libertad, Illa responde que nadie puede negar, es “evidente”, que su drástico encierro domiciliario de primavera fue un éxito. El arresto domiciliario decretado el 14 de marzo, no sólo no detuvo al virus, sino que provocó que España marcara el récord de muertos por coronavirus, muertos por habitantes claro. El primero de Europa y el quinto del mundo, con sólo un país comparable al nuestro, Perú, por encima de nuestras tristes marcas.

Por eso, Illa y Simón siempre han manejado cifras absolutas. Aseguraban que Estados Unidos tenía más muertos que España. Naturalmente, como que España tiene 46 millones de habitantes y Estados Unidos 330. Sin embargo, ahora, para poner a Madrid como no digan dueñas utilizan el criterio de muertos por habitantes. 

En algo tiene razón Illa: el miedo nos ha vuelto a los españoles sumisos y chivatos. Así que un Gobierno liberticida como el español tiene barra libre

Cualquier presidente, o ministro de Sanidad, con un mínimo de vergüenza, hubiera dimitido. Sánchez e Illa no sólo no lo hicieron sino que presumen de su éxito “evidente” con el arresto domiciliario de primavera, verdadera máquina de muertos y de destrucción económica. Como alguien dijo, ¿de qué se ríe Fernando Simón?

En algo tiene razón el insigne ministro de Sanidad: el miedo nos ha vuelto a los españoles sumisos y chivatos. Ha bastado que se publique al orden en el BOE para que todo el mundo se vuelva a poner en guardia contra los apestosos madrileños, mientras Cataluña aplaude embelesado los problemas de Madrid.

Por lo demás, no lo duden: el nuevo confinamiento perimetral no servirá para ocultarnos del virus. Entre otras cosas porque se trata de un virus tremendamente contagioso, que se salta todas la barreras y porque al virus no hay que evitarlo, hay que eliminarlo.