El pasado miércoles 2 de diciembre, en el pleno del Congreso sobre el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2021, hubo una escena que no pasó desapercibida, aunque pocos medios se han hecho eco. Se mostró el crucifijo que llevaba el sacerdote Rafael Contreras Leva cuando fue asesinado el 29 de julio de 1936: “Fue despedazado con un hacha en Baena (Córdoba) por el hecho de ser sacerdote”, como recordó su sobrino nieto Francisco José Contreras, uno de los 52 diputados de Vox, para reflejar cómo este partido pide una memoria histórica para todos.

Francisco José Contreras recriminó al Gobierno que su tío abuelo está entre las “víctimas que no caben en sus leyes de memoria”, aunque sí está entre los 127 nuevos mártires de la Guerra Civil que serán beatificados, como ha aprobado recientemente el Papa. Rafael Contreras Leva (1901-1936) fue asesinado junto a 80 rehenes “por lo que eran, porque no habían hecho nada”. Y el diputado de Vox también recordó el martirio del obispo de Barbastro, Florentino Asensio: “Le cortaron los testículos a lo vivo y se dejó agonizar atrozmente durante horas”. Dos víctimas de la persecución de católicos más salvaje de la historia, de la que da buena cuenta en Hispanidad Javier Paredes, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Alcalá.

 

 

Una persecución que la Iglesia Católica lleva muchos años reconociendo con la beatificación a sus víctimas, entre las que también está el beato José Polo Benito, un sacerdote que fue deán de la catedral de Toledo desde 1923: fue asesinado a culatazos en Toledo el 23 de agosto de 1936 y murió perdonando a sus asesinos. Durante el pontificado de Juan Pablo II -hoy santo-, empezaron dichas beatificaciones, en concreto, con las de tres religiosas de la Orden de las Carmelitas Descalzas, llegando a 471 mártires beatificados; Benedicto XVI le siguió con 530; y Francisco ya ha aprobado 1.042 (llevaba 915 hasta el pasado 7 de noviembre, cuando se beatificó al joven mártir Joan Roig, y a las que recientemente ha sumado 127 -las del sacerdote Juan Elías Medina y 126 compañeros, sacerdotes -entre ellos, Rafael Contreras Leva-, religiosos y laicos de Córdoba, asesinados por odio a la fe entre 1936 y 1939.

La Iglesia Católica lleva muchos años reconociendo con la beatificación a las víctimas de la persecución española: el papa Juan Pablo II beatificó a 471 mártires, Benedicto XVI a 530 y Francisco ya ha aprobado 1.042

Volvamos al diputado de Vox Francisco José Contreras. En la tribuna del Congreso refirió también los números del Ministerio de Presidencia que dirige Carmen Calvo y la partida que le parece “más injustificable” es la de 11 millones de euros para políticas de memoria democrática. “La única reparación moral que necesitan nuestros caídos de hace 80 años es que ya no les veamos como nacionales o republicanos, sino simplemente españoles”, afirmó, ganándose aplausos en la Cámara Baja. “Las leyes de memoria apuntan en la dirección contraria: insisten en los bandos y sobre todo, en la jerarquía moral de los bandos, la división en buenos y malos, porque lo que les mueve no es la intención de reparar moralmente a nuestros caídos sino la de conseguir votos en 2020 con los muertos de 1936”, subrayó.

Francisco José Contreras no sólo recordó a los caídos por la persecución religiosa de la izquierda durante la Guerra Civil, también que “en la retaguardia franquista se está aplicando una represión también brutal”. Así dio una lección a la izquierda al recordar al Gobierno y a sus socios (comunistas, nacionalistas y proetarras, principalmente) que “la diferencia con ustedes es que nosotros reconocemos los crímenes de ambos bandos”.

El diputado Contreras subraya que “la única reparación moral que necesitan nuestros caídos de hace 80 años es que ya no les veamos como nacionales o republicanos, sino simplemente españoles”

Este diputado de Vox tampoco se olvidó del resto del presupuesto del Ministerio de Presidencia, que cuando se examina “uno oscila entre el asombro y la indignación”: “Se haya más que sextuplicado el presupuesto a asesores del Gobierno”, hasta los 777 millones, y la partida de la oficina de asesores del presidente del Gobierno ha pasado de 7 millones a más de 15 millones, a los que hay sumar “un capítulo de 5,5 millones de incentivos al rendimiento”. Y todo ello, cuando España afronta la peor recesión económica en 80 años, pero Pedro Sánchez ha preferido rodearse de “una corte de asesores egregiamente retribuida”. Y ojo, tampoco olvida los 25 millones que destinarán al Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC), a la creación de un laboratorio de igualdad, a una nueva revista electrónica llamada ‘Igualdades’ y a la elaboración de una guía de lenguaje inclusivo. Una “monumanía igualitaria” que para Francisco José Contreras no tiene sentido porque “afortunadamente España no es Pakistán, la igualdad ante la ley, que es la única forma de igualdad moralmente relevante en un país libre, está garantizada por el artículo 14 de la Constitución. Además, no hay que olvidar que ya hay un Ministerio de Igualdad que dirige la podemita Irene Montero, y si Calvo se mete en tantos líos relacionados con esa materia, ¿para que sirve el Departamento de la pareja de Pablo Iglesias? Saquen sus propias conclusiones.