Parece que Coca-Cola sigue perdiendo burbujas… situación que no le permite a su CEO, James Quincey (muy cerca de cumplir su primer año en el cargo), saborear la felicidad: los ingresos caen un 16,4%.

Entre enero y marzo, la multinacional de Atlanta ha facturado sólo 6.243 millones de euros, aunque el desplome ha sido algo inferior al del trimestre anterior (-20%). ¿La razón? La refranquiciación de las actividades de embotellado, pues su negocio propio de embotellamiento ha facturado un 73% menos.

Por áreas geográficas, en todas crecen los ingresos, sobre todo, en Europa, África y Oriente Próximo (+13%), seguida de América del Norte (+11%). Mientras, en Hispanoamérica aumentan un 8% la facturación y en Asia Pacífico sólo un 1%.

Por su parte, el beneficio neto ha ascendido a 1.119 millones, lo que supone un 15,7% más que en el mismo periodo del año pasado. “Nos alienta el comportamiento de nuestro primer trimestre a medida que continuamos nuestra evolución como una compañía de bebidas centrada en el consumidor”, ha señalado Quincey, que no ha tenido reparos en presumir de que su estrategia es “la correcta” y confía en lograr sus objetivos anuales.

En España, por ahora, hay pocas novedades, aunque se negocia un nuevo plan para Fuenlabrada para poner fin a un conflicto que ya dura más de cuatro años. Además, la semana pasada, Coca-Cola admitió que vulneró los derechos fundamentales de una delegada de CCOO… Parece que va cediendo en su maltrato hacia nuestro país, donde acaba de poner en marcha su última campaña, donde homenajea a la hostelería.