Parece que la venganza china se sirve en plato frío, porque ahora llaman al boicot contra empresas extranjeras del textil (H&M, Nike, Adidas, Calvin Klein, Converse o Burberry, entre otras) por rechazar el algodón de Xinjiang. Esto ha provocado que dichas marcas tengan caídas en bolsa, algo que también ha afectado a Inditex. Y ojo, no podemos olvidar que China es el mayor mercado de ropa del mundo.

El boicot se ha traducido en locales casi vacíos y en hacer desaparecer sus prendas de las grandes plataformas de comercio electrónico chinas. Asimismo, Burberry ha sufrido la cancelación de una colaboración con una de las empresas de videojuegos más grandes del mundo y los actores Wang Yibo y Huang Xuan han renunciado a ser embajadores de algunas de las citadas marcas. Es la forma en que la China comunista responde a las sanciones que los ministros de Exteriores de la Unión Europea aprobaron hace unos días contra cuatro altos funcionarios chinos y una entidad de la región autónoma de Xinjiang por las violaciones de derechos humanos contra la minoría musulmana de los uigures. Claro que el Gobierno chino considera que esas violaciones no existen en una zona donde se produce el 87% del algodón del gigante asiático.

Ahora han recibido un fuerte respaldo de la Liga de Jóvenes Comunistas, que ha rescatado en las redes sociales lo que opinaban H&M y Nike de este tema. En concreto, la cadena textil sueca mostró su “preocupación” por las denuncias de trabajos forzados, mientras la marca estadounidense de ropa deportiva aseguró no usar productos procedentes de Xinjiang. “¿Difundir rumores para boicotear el algodón de Xinjiang y al mismo tiempo querer ganar dinero en China? ¡Ni en sueños!”, fueron las críticas de los jóvenes comunistas en Weibo, también conocido como el Twitter chino. Pero no han estado solos, porque los medios de comunicación estatales, lógicamente, se han unido a la campaña promocionado el lema “Yo apoyo el algodón de Xinjiang” y el portavoz del Ministerio de Comercio, Gao Feng, criticó a las empresas por tomar decisiones “basadas en información falsa” y espera que “respeten las leyes del mercado, corrijan sus prácticas erróneas y eviten politizar las cuestiones comerciales”.

El presidente chino, Xi Jinping, sabe que estas marcas se juegan mucho en China, por lo que es bastante probable que las cuestiones económicas acaben primando sobre los principios, tristemente.