En su comparecencia en el Congreso, la ministra de Educación, Isabel Celaá, ha oficializado la reforma de la LOMCE (sí, al final no la derogará, aunque es una más de las promesas fallidas del PSOE: sólo la modificará). ¿Y todo para qué? Para educar con perspectiva de género -ideologia de género- y para marginar la religión, algo que es ¡de vital importancia! En otras palabas, lavarles el cerebro a los niños desde pequeños con la ideología de género del muy feminista Gobierno y alejarles lo más posible de Dios. En otras palabras: cargarse la enseñanza católica.

Celaá ha presentado los nueve puntos del anteproyecto de ley educativa, que ha generado críticas de la diputada Sandra Moneo (PP) por el “recorte de libertades educativas” y también de Marta Martín (Ciudadanos) debido al “tinte ideológico”. Por estas razones, los populares presentarán una enmienda a la totalidad, con texto alternativo, y la formación naranja, una enmienda de devolución. 

El PP presentará una enmienda a la totalidad y Ciudadanos, una enmienda de devolución 

La ministra de Educación ha pedido a los partidos que dejen los "apriorismos ideológicos y los intereses de partidos para construir una educación pública... (Celaá ha hecho una breve pausa) y concertada que sea nuestra joya del Estado de Bienestar". Eso sí, respecto a la enseñanza concertada ha señalado que no tiene nada en contra de que "cumple sus funciones sociales" desde 1985, pero sí de la que "ha surgido como una diversificación en el mundo de los negocios", pues Celaá considera que está última "es más negocio que sistema educativo". Señora ministra:¿cuántos colegios privados concertados, no católicos, de los que ven la educación como un negocio, existen en España? ¿El 1% del total? 

Celaá pone, de nuevo, a la concertada en la diana: defiende a la que cumple sus funciones sociales, pero critica a la que es negocio. ¿Negocio, la educación primaria? 

La que podría denominarse futura ‘ley Celaá’ se basa en nueve claves:

  1. Derogación completa de la LOMCE: “Nos limitamos a modificar los aspectos más controvertidos” que la popular ‘ley Wert’ incorporó a la socialista LOE “sin perjuicio de que, con dicho objetivo, y únicamente desde el punto de vista de la técnica jurídica utilizada, se hable de derogación formal de la LOMCE”. Claro que "no es la LOE de hace 12 años", ha insistido Celaá. 
  2. Título único de la ESO, gracias a los Programas de Mejora de las Oportunidades a partir de 3º de la ESO.
  3. Reducir el índice de repetición.
  4. Bachillerato más flexible: esta medida y las dos anteriores no fomentan el esfuerzo, sino lo contrario al permitir que se den títulos incluso con asignaturas suspensas. Y es que “el objetivo es que de Bachillerato salga una persona equilibrada”.
  5. Religión no computable: será de oferta obligatoria y de elección voluntaria, evaluable, pero no contará para la nota media y no tendrá asignatura alternativa.
  6. Valores cívicos y éticos: Celaá presume de que la Unión Europea respalda la importancia de esta asignatura y propone que incluya el tema del antisemitismo.
  7. Participación de la comunidad educativa.
  8. Evaluaciones de diagnóstico en 6º de Primaria y 4º de la ESO.
  9. Tratamiento de las lenguas cooficiales: se plantea volver a que el Gobierno marque el 55% currículo en comunidades con dos lenguas oficiales y el 65% en las que sólo tengan una lengua oficial. 

Claro que esta reforma educativa no obstaculiza el Pacto por la Educación: "seguimos trabajando por el Pacto, pero primero teníamos que sanar al enfermo", ha apostillado la titular de Educación.