BlackRock ganó 3.384 millones de dólares durante los nueve primeros meses del año (en euros, 2.883 millones), un 6,6% más que en mismo periodo de 2019, mientras que JP Morgan Chase redujo sus ganancias un 39% y Citi, un 51%. El fondo más grande del mundo disparó sus resultados durante la pandemia mientras que las entidades financieras hicieron justo lo contrario y vieron caer sus beneficios, principalmente por las provisiones realizadas para hacer frente a la morosidad.

Todo le salió bien al fondo de fondos controlado y dirigido por los norteamericanos Robert Kapito y Laurence Fink, especialmente en el tercer trimestre, con un beneficio de 1.364 millones de dólares (1.161 millones de euros), un 21,9% superior al de 2019. Las comisiones por asesoría y administración de inversiones fueron su principal fuente de ingresos: 4.369 millones de dólares (3.723 millones de euros), cifra superior en un 18,3% a la del tercer trimestre de 2019.

Es lo que hace un fondo: cobra comisiones independientemente de si la inversión fue un éxito o no. Además, el dinero que invierte no es suyo, sino de los clientes, naturalmente. Y todo al margen de la supervisión bancaria y de una manera opaca. Por algo se les conoce como banca en la sombra.

BlackRock, dirigido en España por Aitor Jauregui, tiene 20.000 millones de euros en empresas del Ibex y es el fondo que más invierte en el sector financiero de nuestro país. Controla el 5,4% del Santander, el 5,9% del BBVA, el 3% de Caixabank y de Bankia, el 4,9% del Sabadell y el 3,6% de Bankinter.

En pocos días conoceremos los resultados bancarios de las entidades españolas que los analistas vaticinan que serán malos. Los de BlackRock, sin embargo, fueron muy buenos.