BBVA va a reducir aproximadamente un 9% su plantilla en España, que cuenta actualmente con 29.330 empleados. Hablamos, por tanto, de unas 2.500 salidas. El primer anuncio lo realizó el consejero delegado, Onur Genç, durante la presentación de resultados del banco en 2020, algo que no gustó a los sindicatos, lógicamente, no por el ajuste en sí, sino porque se enteraron por la prensa.

La reducción de plantilla será rápida, durante el primer semestre, tal y como aseguró Genç, y afectará, no solo a las 2.482 oficinas que tiene el Banco en España -Torres aseguró en 2016 que el banco podía funcionar con 1.000-, sino también al Centro Corporativo, donde trabajan unos 6.000 empleados, aunque la gran mayoría de ellos telebrataja actualmente.

El ajuste se llevará a cabo con medidas no traumáticas, principalmente, como viene siendo habitual en el banco que preside Carlos Torres, que lleva años reduciendo la plantilla a razón de unos 900 o 1.000 trabajadores por ejercicio, de los que el 85% corresponden a salidas no traumáticas. El banco está prejubilando a partir de los 58 años de edad. Y, como es habitual, se descarta, de momento, que sea mediante un ERE.

Una cosa tienen clara en el BBVA: el ajuste es imprescindible y debe afectar al Centro Corporativo, donde se podrían producir unas 1.000 salidas aproximadamente, aprovechando el acelerón digital provocado por las medidas de confinamiento. Además, resulta mucho más difícil recolocar a un empleado de servicios centrales en una sucursal, que al revés.

En resumen: el BBVA, como antes hicieron Santander, Caixabank o Sabadell, prepara un ajuste duro de plantilla durante el primer semestre. No será traumático y, además, el banco cuenta actualmente con una gran fortaleza tras la venta de la filial en EE.UU.

Por cierto, en la city madrileña no se habla de otra cosa que del protagonismo que está adquiriendo el CEO, Onur Genç, y que contrasta con el carácter más tímido del presidente, Carlos Torres.