Parece que a Bayer no le gusta la vida ni la salud, pues se lucra de la muerte (vende anticonceptivos y hoy todos los que se venden en el mercado son potencialmente abortivos) y de la enfermedad. Así se puede ver en los resultados de 2019 presentados este jueves, donde el beneficio neto se ha duplicado, alcanzando los 4.091 millones de euros (+141,4%), y se señala que ya suma 48.600 demandas por el glifosato (uno de los ingredientes del herbicida Roundup, que formaba parte del portfolio de Monsanto).

El gigante químico y farmacéutico alemán se ha ganado el calificativo de rey de los pleitos, pues no hace otra cosa que encarar frentes judiciales. La compra de Monsanto no sólo le ha causado problemas con el cancerígeno glifosato, también con el herbicida dicamba. Claro que la polémica del glifosato ya ha tenido consecuencias en la cúpula de Bayer: Werner Wenning (73 años) ha renunciado como presidente del Consejo de Supervisión y le sustituirá Norbert Winkeljohann (63 años) el próximo 28 de abril tras la Junta de Accionistas. Además, se ha encargado una auditoría de sus procedimientos de diligencias debidas (due diligence) para fusiones y adquisiciones significativas, tras la litigiosidad que sufre después de comprar Monsanto y que ha afectado a la cotización (de hecho, este jueves, su acción cae un 4,6%, pese a los buenos resultados).

La polémica del glifosato tiene consecuencias en la cúpula de Bayer: Werner Wenning, presidente del Consejo de Supervisión, renuncia

El Ebitda antes de artículos especiales ha ascendido a 11.503 millones (+28,3%), pero el ajustado ha sido de 9.554 millones (-1,5%). Por su parte, la deuda financiera neta se ha reducido ligeramente, pasando de 35.679 millones a 34.068 millones, por lo que el ratio sobre el Ebitda ajustado se ha situado en 3,56 veces, pero no hay que olvidar que el apalancamiento en 2017 era de 3.595 millones… pero se disparó, en gran parte, tras la compra de Monsanto (50.000 millones).

En 2019, Bayer ha registrado unas ventas de 43.545 millones (+3,5%), de los que el negocio agrícola (incluye Monsanto) ha aportado 19.832 millones (+1,4%); el negocio farmacéutico, 17.962 millones (+5,6%); y la división de productos de autocuidado, 5.462 millones (+2,6%). Conviene destacar que en el negocio agrícola, los líderes son los herbicidas (5.097 millones) y las semillas de maíz y rasgos (5.164 millones). Por su parte, en la división farmacéutica (ver cuadro inferior), los anticonceptivos ya no ocupan los primeros puestos, pero generan el 10,6% de las ventas (1.904 millones): Mirena, Kyleena y Jaydess -dispositivos intrauterinos (DIU) que liberan la hormona levonorgestrel dentro del útero (Mirena ha tenido demandas por pseudotumor cerebral en EEUU)- ocupan la tercera posición entre los medicamentos, con 1.223 millones (+3,3%); y las pastillas anticonceptivas de la familia YAZ (denunciadas por provocar muertes en distintos países) han tenido unas ventas de 681 millones (+5,3%), situándose en el sexto lugar. Ahora Xarelto, un anticoagulante, con unas ventas 4.126 millones (+12,6%), y la medicina para ojos Eylea, con 2.494 millones (+12,6%), son las que más ingresos aportan en la división farmacéutica.

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