Juicio contra el equipo directivo del intervenido Banco Popular, que se sigue en la Audiencia Nacional. Si la declaración de Luis de Guindos ya había levantado ampollas en la sala, la de Ana Botín claramente le superó… para quedar en agua de borrajas frente a la electrizante intervención -mañana del jueves 15- de Rodrigo Echenique, ante el magistrado José Luis Calama.

La primera en la frente. Ana Botín había declarado diez días atrás que no siguió los pormenores del proyecto Neptuno, como se le bautizó en el Santander a la adquisición del Popular, que acabó cayendo en sus manos por un euro. Eran los técnicos los que se ocupaban de eso.

Pues bien, Echenique, se supone que el primero de los técnicos, dado que fue la persona colocada por el Santander al frente del Popular, asegura que no sólo no lideró la Operación Neptuno, sino que se enteró de la adjudicación del Banco Popular al Grupo Santander en la mañana del 7 de junio de 2017 y que en todo el proceso no tuvo más información que cualquier otro miembro de la Comisión Ejecutiva del Santander.

Cuando el juez Calama le advierte de que está contradiciendo a Botín, Echenique afirma, campanudo: “La presidenta estará a sus cosas de presidenta”

Que tales palabras contradecían la versión de Ana Botín, su presidenta, resultaba tan evidente que fue el propio juez quien le advirtió de ello. Y entonces llegó la respuesta más campanuda de todas, la más comentada y curiosamente, no la más publicada afirmación de Don Rodrigo Echenique, el ejecutivo de más confianza en dos generaciones de la familia Botín. Ojo al dato: “La presidenta estará a sus cosas de presidenta”.

Y claro, la pregunta es: ¿Han roto Rodrigo Echenique y Ana Botín? Resulta difícil de admitir porque el día después de la muerte de Emilio Botín, fue Rodrigo Echenique quien aceleró todos los procesos para que Ana Botín se convirtiera, en pocas horas, en la presidenta del Santander. Pasó por encima de todo y de todos, y, en cuestión de horas, el Banco de España y el BCE tenían encima de la mesa el nombre de la presidenta elegida por el Consejo de Administración.

De la misma forma, y también hizo alusión a ello en su declaración, Rodrigo Echenique, como CEO de Emilio Botín, asumió muchos años atrás toda la responsabilidad en el caso de las cesiones de crédito (donde fue “injustamente investigado”) que tuvo contra las cuerdas a su patrón. Si ha habido un hombre de la máxima confianza de la familia Botín durante décadas ese ha sido este abogado del Estado, que impresiona a banqueros muy barbados… y no precisamente por su estatura.

Y todo ello fuerza la pregunta: ¿Han roto Ana Botín Y Rodrigo Echenique? Porque la verdad, no se entiende que esto resulte un paripé entre ambos. Más parece que Echenique se haya cansado de asumir responsabilidades ajenas y que ya no esté dispuesto a dar la cara de forma permanente y, sobre todo, creciente. Son 74 años, oiga.

No contento con ello, el amigo Echenique también le arreó una pica en Flandes. EL juez le recordó que Luis de Guindos declaró que fue el propio Santander quien le dijo que el Popular estaba en estado patrimonial negativo. Vamos, que estaba en quiebra. Pues bien, Echenique no se cortó un pelo al asegurar que la información del vicepresidente del BCE era “inexacta”.

Y por si no había quedado claro, Echenique aseguró que el Banco Popular no tenía ningún problema (¿entones por qué fue intervenido y regalado?) que su nivel de provisiones era similar al del “Santander, BBVA y Caixabank”.

¡Ah! y que los inmuebles no habían sido sobrevalorados, que esta y no otra es la acusación habitual contra la gestión de Ángel Ron.

Y aquí viene la pregunta: entonces, ¿por qué puñetas el BCE interviene el Popular?

Y también rectifica a Luis de Guindos, autor de afirmaciones “inexactas”. Por ejemplo, la de que el Popular era insolvente, algo negado por Echenique

Pero no se habían acabado las sorpresas, sino que llegó entonces la otra bomba de Echenique: aseguró en declaración jurada que Emilio Saracho -amigo suyo personal y compañero de consejo de Inditex- le dijo, en febrero de 2017, cuando sólo llevaba cuatro días como presidente del Popular, que había venido para hacer una operación corporativa, es decir, para venderlo. Y naturalmente, para venderlo al Santander.

No le fue bien la cosa, porque como ya dijimos en Hispanidad, en un momento dado, Ana Botín el espeta a Saracho que se retire de la negociación porque no le consideraba un “interlocutor” válido. En definitiva, que ya estaba en marcha la operación JUR, bautizada en el Santander como Operación Neptuno.

Y la pregunta sigue siendo: ¿quién es la “X” del Popular? ¿Quién ordenó a Emilio Saracho -que se llevó ocho millones de euros por cuatro meses de trabajo- que mintiera a los accionistas y directivos y trabajadores, asegurando que iba a relanzar el banco, cuando lo que quería desde el primer momento era venderlo? Por cierto, ¿venderlo barato a un postor ya preparado? ¿Qué se torció al final para que el propio Saracho fuera apartado del proceso? ¿O no se quebró nada?

La “X” del Popular, Saracho debe saber quién es. En cualquier caso, ¿cómo se puede intervenir un banco y regalárselo al Santander, poner a la cabeza del mismo a un Rodrigo Echenique, dos años en la Presidencia… que ahora dice que no sabía nada y que el Popular estaba fresco como una rosa? Oiga, que los accionistas perdieron 1.300 millones de euros y que los peritos del Banco de España aseguraron que el valor patrimonial de lo que fue vendido por un euro se elevaba a 11.000 millones.