La peor medida, pero también más ilustrativa, tomada con motivo del coronavirus, ha sido el cierre de las Iglesias, es decir, la prohibición de decir misas, en toda Italia. Sí, lo han entendido bien, un Gobierno -muy laico, naturalmente- ha decidido que no se celebren eucaristías y, en una reacción aún más sorprendente, la Conferencia Episcopal Italiana ha aceptado esta barbaridad. Recuerden las tiranías del futuro se harán en nombre de nuestra salud y de nuestra seguridad.

La figura del Papa Francisco se encuentra en su momento más débil

A ver si nos entendemos: vivimos el ataque final contra la Eucaristía, además del final de un ciclo histórico. El coronavirus sólo es una anécdota comparado con todo lo que está implicando. Asistimos al ataque final contra la Eucaristía, un ataque que resultará fallido pero que nos la va a hacer pasar canutas. En tres fases:

Uno. El Gobierno italiano cierra los templos. ¿Lo cogen? Una autoridad civil decide que la transustanciación quede suspendida. No lo dice así, claro, sólo cierra los templos porque no puede permitir -por nuestra salud y seguridad- que se aglomere la gente. Pero claro, no se mete en la libertad religiosa. Los curas pueden seguir oficiando misas privadas. ¿Y los fieles? Pues que se histericen, pensando en el coronavirus.

Segunda fase. Es la propia Iglesia la que acepta sin rebelión la supresión de  la Eucaristía. Esta fase es dramática porque implica la connivencia de la clerecía en el más grave ataque contra el cristianismo. La Iglesia vive de Eucaristía (San Juan Pablo II) y sin ella, la Iglesia se pervierte.

El gran engaño: las tiranías del siglo XXI: serán borreguilmente aceptadas en pro de nuestra salud y de nuestra seguridad

Tercera fsase. Y ya esteremos de lleno en la la Gran Tribulación: en lugar de Eucaristía, Adoración de la Bestia. Sí, no se extrañen, se cambiará la Eucaristía por otro sacrificio, más democrático que, de una forma u otra y cada día de forma más nítida será cambiar la adoración a Cristo por la adoración a Satán.

El coronavirus es lo de menos pero lo que conlleva la histeria creada por el coronavirus… esos son palabras mayores. La figura del Papa Francisco se encuentra en su momento más débil. YA estamos en la Gran Tribulación, en el Juicio de las Naciones y en breve habrá que defender la eucaristía con sangre. Lo de Italia constituye el primer aviso.

Esto no es una cuestión “religiosa”. Insisto: todo se desarrolla dentro de un engaño global y monumental: vamos hacia una tiranía, el totalitarismo del siglo XXI: una sociedad que obedece a la autoridad –como ahora la jerarquía italiana ha cerrado los templos y hasta el mismísimo Vaticano y las órdenes del tirano serán  borreguilmente aceptadas… en pro de nuestra salud y de nuestra seguridad.

Entonces, ¿fiamos todo a la confianza en Dios? Sería lo mejor pero el coronavirus es poco para Cristo: basta con confiar en nuestro propio cuerpo... creado por Dios

Entonces, de cara a fraudes como el coronavirus ¿fiamos todo a la confianza en Dios? Sería lo mejor, pero el coronavirus es poco para la Providencia: basta con confiar en nuestro propio cuerpo…creado por Dios, que es el que generará las defensas necesarias para derrotar al bicho.

No, lo peor no es el coronavirus, por mucho que le califiquemos de pandemia global. El resto es histeria.

Ahora bien, el ataque contra la Eucaristía, esa es otra historia. Es por ejemplo, el inicio de una Iglesia clandestina, que es lo mismo que decir una Eucaristía clandestina. Y de esa raíz vendrá todo lo demás.

¿Que quién ganará la mayor batalla de todos los tiempos, la del Juicio de las Naciones? Cristo y sus fieles según la regla de oro de la historia del cristianismo: de derrota en derrota hasta la victoria final.

Vean este vídeo: puede ser un atardecer natural, una juego de las nubes y el sol crepuscular, o puede ser un símbolo. Pero no deja de ser una curiosidad cuando se ha cerrado el Vaticano. Y mucho me temo que el papa Francisco no atraviese su mejor momento. De hecho, perdonen esta pregunta: ¿está Francisco definitivamente secuestrado en el Vaticano?