Ana Botín se ratifica como representante del masónico club de Bilderberg, que celebrará su encuentro anual del 30 de mayo al 2 de junio en Montreux, Suiza. Asimismo, Pablo Casado -presidente del PP-, Inés Arrimadas -portavoz de Ciudadanos en el Congreso- y Javier Monzón -presidente de Prisa- han aceptado la invitación confirmando su asistencia. 

No es casualidad que los dos líderes de la derecha acudan a la rama más vistosa del actual trono masónico, al igual que Monzón, amigo personal y subordinado de Botín. De Ciudadanos destacan algunos políticos como Manuel Valls, quien pertenece a la masonería y que, por cierto, ha ofrecido su apoyo al PSC y a Podemos para evitar que ERC se haga con la alcaldía de Barcelona, "sin condiciones". Otro 'Ciudadano' dispuesto a colaborar con los socialistas es Francisco Igea, en Castilla y León. Sí, la masonería persigue un pacto PSOE y Cs... y PP cuando sea pertinente para aislar a Podemos y, sobre todo, a Vox. No extraña, por tanto, la presencia de Casado en la lista de invitados. El presidente del PP ya está marcado.

Las reuniones se llevan a cabo bajo la Regla de Chatham House: no se puede revelar la identidad ni la afiliación de los oradores ni de ningún otro participante

"No hay una agenda detallada, no se proponen resoluciones, no se toman votos y no se emiten declaraciones de política", explican en los escasos detalles que publican en la página web -"Bilderberg Meetings nunca ha buscado ninguna atención pública"-. No obstante, adjuntan una serie de temas que saldrán a relucir entre los que destacan: "Una orden estratégica estable", "Rusia", "China", "el futuro del capitalismo", "Brexit" y "la ética de la inteligencia artificial", entre otros.

La reunión de Bilderberg es un foro para discusiones informales sobre temas importantes, a las que asisten entre 120 y 140 líderes políticos y expertos de la industria, las finanzas, el trabajo, el mundo académico y los medios de comunicación. Ahora bien, las reuniones se llevan a cabo bajo la Regla de Chatham House, que establece que los participantes son libres de utilizar la información recibida, pero no se puede revelar la identidad ni la afiliación de los oradores ni de ningún otro participante. Es decir, unos encuentros de lo más transparentes, donde está en juego el futuro del planeta... en manos de los masones.