Buenas noticias para Abengoa. La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, se lleva bien con Gonzalo Urquijo y eso se nota en el posicionamiento de la entidad en dicha compañía. Y es que no sólo ha participado en el concluido proceso de refinanciación, también está dispuesta a financiar la reconversión de la ingeniería sevillana que aspira a ser partner.

En esta nueva etapa que Abengoa acaba de comenzar no sólo quiere construir, también participar como socia de los proyectos. Y para eso, claro está, hace falta dinero. Aquí es donde entra el Banco Santander. Aunque, por ahora, recibe alegrías en construcción, que ya es un avance: ya tiene el permiso para empezar la construcción de una planta desaladora por ósmosis inversa en Taweelah (Emiratos Árabes Unidos) que será la más grande del mundo de esta tecnología y está valorada en unos 623 millones de euros (de los que 216 millones corresponden a Abengoa como miembro de un consorcio junto a Sepco III).

El Ebitda es positivo (46 millones, un 7% más) y las ventas ascienden a 330 millones (+10%), de estas, el 79% son de ingeniería y construcción

Una reconversión con la que la ingeniería espera volver a beneficios, pues ha perdido 144 millones en el primer trimestre, frente a las ganancias de 33 millones de hace un año. ¿Los motivos? Principalmente, los costes financieros, el tipo de cambio y el hecho de que en 2018 contó con el resultado positivo y extraordinario de la venta de Atlantica Yield.

Por su parte, el Ebitda ha sido de 46 millones (+7%), gracias a la entrada en operación del proyecto A3T, la reducción de gastos (16 millones, un 16% inferiores) y la mayor rentabilidad de los proyectos concesionales. Las ventas han ascendido a 330 millones (+10%), de las que el 79% corresponde a ingeniería y construcción, y el 21% restante, a concesiones, destacando que el 89,6% de las totales procede de la actividad internacional

Mientras, el endeudamiento financiero bruto ha cerrado el primer trimestre en 5.785 millones, incluyendo 929 millones de la deuda de sociedades clasificadas como mantenidas para la venta, y 338 millones de financiación de proyectos. De los 4.518 millones restantes de deuda financiera corporativa bruta, 203 millones son a largo plazo y 4.315 millones a corto. Eso sí, no hay que olvidar que este endeudamiento no refleja los efectos de la reestructuración financiera cerrada el pasado abril, con la que obtuvo nueva liquidez, avales y estructura de capital sostenible, ni tampoco el efecto de la amortización del tramo de deuda New Money 1/3

El endeudamento financiero bruto acabó el primer trimestre en 5.785 millones sin reflejar los efectos de la reestructuración financiera cerrada el pasado abril 

En los tres primeros meses, la contratación ha ascendido a 394 millones, al sumar nuevas adjudicaciones en Emiratos Árabes Unidos, Chile y España. Así, la cartera de proyectos se ha situado en 1.887 millones.