Juan Carlos Escotet ha dejado temporalmente la Presidencia de Abanca para viajar a Venezuela tras la intervención de Banesco, el mayor banco privado del país, y la detención de once directivos, incluido el presidente, Óscar Doval. Están acusados de intervenir en el mercado de divisas para perjudicar a la economía de Venezuela. Según el diario El Nacional Web, el dueño de Banesco está dispuesto a entregarse a cambio de que los liberen a todos. Escotet ha pasado de ‘bolichico’ a simpatizante de la oposición y, últimamente, a monárquico empedernido.

Para centrar la cuestión: los ‘bolichicos’ son los empresarios que medraron a la sombra del régimen bolivariano de Hugo Chávez que, a la voz de ‘todo para el pueblo’, nacionalizó la energía eléctrica. La oportunidad no pasó desapercibida para un tal Víctor Vargas -¿les sunena? Suegro de Luis Alfonso de Borbón, Duque de Anjou, y habitual de los torneos de polo de Sotogrande- y para el mismo Escotet que, sin saber nada del negocio, subcontrataban el asunto con especialistas y se llevaban la correspondientes comisiones.

Un negocio redondo que más tarde complementaron con el bancario. Escotet (Banesco) con el cambio de divisas Bolívar-Dólar y Vargas (Banco Occidental de Descuento) con la reventa de bonos del Gobierno a inversores, a un precio cercano al del mercado negro. Todo muy legal, por supuesto.

Pero llegó un momento en el que Vargas decidió poner fin a su vida laboral -ya había ganado suficiente dinero que le aseguraba una pensión digna-, y se retiró a sus aposentos, incluido el de Sotogrande. Escotet, por su parte, decidió dar un vuelco a su imagen y comenzó a difundir la idea de que él no tenía nada que ver con el régimen bolivariano. La campaña coincidió con su llegada a España, donde ganó la subasta por NCG Banco a pesar de no presentar la mejor oferta.

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Pregunten al entonces subgobernador del Banco de España y presidente del Frob, Fernando Restoy, el principal hacedor de que la entidad gallega, que nos costó unos 9.000 millones de euros, acabara en manos del venezolano por 1.003 millones, pagaderos en cómodos plazos y con EPA incluido.

En cualquier caso, la ‘traición’ de Escotet no gustó al número dos de Maduro, Diosdado Cabello, que, el pasado diciembre amenazó con expropiar Banesco. Amenaza que acaba de cumplir al menos en parte. Y mientras Escotet intenta arreglarlo, deja a Eduardo Eraña Guerra como presidente no ejecutivo de Abanca. Se da la circunstancia de que Eraña fue nombrado consejero independiente de Abanca en otoño de 2016, tras la renuncia del empresario venezolano, Miguel Ángel Capriles López, pariente del líder opositor, Henrique Capriles Radonski.

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Para terminar, una aclaración obligada: Abanca y Banesco son dos entidades completamente distintas e independientes, con sus respectivos consejos de administración, que ni siquiera comparten empresa matriz ya que la del banco español es Abanca Holding, con sede en Madrid. Lo único que tienen en común es el máximo accionista, Juan Carlos Escotet.