El diario digital Hispanidad cumple 24 años. Nacimos el 20 de marzo de 1996, cuando no estaba muy claro que era eso de la Internet y, en efecto, fuimos los primeros y somos el decano de la prensa digital española. Desde entonces hemos emitido (¿o publicado?) sin interrupción.

Hemos atravesado el tránsito, aún inacabado, de los grandes medios desde la prensa vegetal hasta la digital y también el debate sobre el futuro de la prensa… vegetal y digital. El debate sigue abierto, las conclusiones son vagas y lo único cierto es que nadie ha logrado detener la fragmentación del periodismo. Un concepto, este de fragmentación, que parece avieso pero que es muy simple: significa que, antes de Internet, en España había cuatro grandes multimedia que lo controlaban todo y ahora hay 400 pequeños medios, además de 40.000 señores influyentes en sus blog, sus tuits o sus lo que sea.

Internet representa la victoria del pequeño frente al grande, del periodista frente al gran editor

En Internet, y en su exponente más analizado e insultado, las redes sociales, está todo lo peor, ciertamente, pero también todo lo mejor: todo aquello que no forma parte del poder, sea político, económico, tecnológico o cultural (este último el más cruel de todos). Y está todo lo mejor y todo lo peor como en todo escenario donde reine la libertad.

Por mucho que los grandes editores han hecho para fagocitar a los pequeños no lo han conseguido. Lo han intentado por diversas vías pero, si hablamos de Información, Internet posibilita que un ‘pringao’ como yo pueda jugar a ser Polanco. Internet representa la victoria del pequeño frente al grande, del periodista frente al gran editor. Y no lo duden: la verdad siempre circula por canales estrechos. Y, además, los canales grandes resultan ingobernables.

Al final, es el pequeño quien tiene un ideario, el grande, por ingobernable, siempre se atiene a los principios constitucionales. ¡Sólo faltaba que no cumpliera la ley! Y le llama pluralismo interno. O sea, esquizofrenia ¡Ole!

Hispanidad es un periódico católico. Eso significa que nos preocupa más la verdad que el rigor

Ahora, cuando termina la segunda década del siglo XX, la nueva campaña de los grandes para desprestigiar a los pequeños se llama ‘fake news’ y en esto los señores de la prensa cuentan con el apoyo entusiasta de los otros poderes. Cuando oigan a algún político, estadístico -ahora conocidos con el sobrenombre de expertos-, o algún señor de la prensa hablar de ‘fake news’ no les hagan mucho caso: lo único que pretenden es imponer la censura.

Y su arma predilecta para imponer esa censura en la inabarcable red de redes consiste en lo que los expertos en marketing llaman política de marca. Aseguran que los medios pequeños, o el simple bloguero, no es “riguroso”. Y en parte tiene razón: el pequeño tiene menos medios para hacer de escribano de los poderosos… que es lo que hacen los grandes medios.

Porque en la sociedad de la información nada más lejos del rigor que la verdad. Riguroso es aquel que repite los eslóganes o comunicados de gobiernos, de empresas y de la nueva y peligrosa clase cultural, la que podríamos definir como ‘inteligencia-google’. Esos periodistas, esos medios, suelen ser muy rigurosos… según el viejo lema del campesino: “El Señor nos ha dado la palabra para ocultar el pensamiento”. Los medios grandes son muy amigos del rigor pero viven de la falsedad institucional. No creen en la verdad y el castigo a ese pecado es que nunca alcanzan la verdad. Como mucho, llegan al consenso, a través de ese turbio camino que confunde el pluralismo con la esquizofrenia y que niega la existencia de la verdad para conformarse con la eficiencia y acaba confundiendo el bien con sus intereses personales cuando no con sus caprichos.

Hispanidad cumple 24. Nació con una estructura pequeña, según el aforismo de los viejos emprendedores: el número ideal de socios es un número impar inferior a tres. Multimillonarios sólo queremos ser en lectores.

Además, sólo lo pequeño es libre.

Hispanidad es un periódico pequeño, que cree que el número ideal de socios es impar e inferior a tres

Pues bien, en este periódico no nos conformamos con respetar los preceptos constitucionales. Hispanidad se confiesa que es un medio de ideario cristiano y que hace un periodismo católico. Sí, católico, que es algo mucho más concreto que el respeto a los derechos y libertades fundamentales, Entre otras cosas, insisto porque nadie te obliga a ser católico, a cumplir la ley te obligan la policía y los tribunales. Y de forma coercitiva.

Pero, eso sí, contemplamos la realidad desde una perspectiva cristiana y estamos convencidos de que es la verdadera.

Lo que quiere decir, por hacerlo breve, que nos preocupa más la verdad que el rigor.