El 'Proyecto gran simio', aprobado por expertos de todo el mundo, entre los que destacan la etóloga Jane Goodall (en la imagen), premio Príncipe de Asturias 2003, ya está en sazón. Avanza la campaña internacional que lanzó la organización Proyecto Gran Simio para pedir a la UNESCO que los grandes simios fueran declarados ‘Patrimonio vivo de la humanidad’. 

El proyecto sostiene que los grandes simios comparten con los seres humanos numerosas capacidades cognitivas, iguales a las nuestras y que deben ser considerados “personas no humanas” -a mí me suenan a conceptos contradictorios, pero yo no tengo experiencia con grandes simios-. Al final, lo que resulta curioso, es que el simio sí tiene derechos, el humano no nacido no.

Además hay estudios que apoyan estas teorías, como el que ha difundido recientemente la publicación científica Proceedings of the Royal Society B. El documento sostiene que los gorilas tienen amistades que duran toda la vida y que se forman incluso entre animales que no son parientes. También celebran grandes reuniones anuales y hay grupos de solteros o núcleos familiares de varios tamaños. Lo que viene a ser una red social de toda la vida.

El estudio revela además, que, en algunos aspectos resultan bastante familiares. Los investigadores han visto machos dominantes cuidando solos de las crías, cuando las hembras se ausentaron, o grupos de gorilas a los que les gustaba reunirse en un mismo momento para mezclarse y socializar. Igualito que los humanos pero mucho más sensibles, naturalmente.