Una vez rechazado Fernando Savater, por cachondo, había que recurrir a una musa de la ética… Adela Cortina ha dicho todas las memeces que deseaba la progresía y más.

En el caso que nos ocupa, contextualicemos: Cortina, directora académica de Étnor y catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universitat de València participa en la ponencia inicial del Seminario Permanente Ética Económica y Empresarial organizado por la Fundación que dirige en colaboración con Fundación Bancaja.

Su ponencia se titula Ética de la Inteligencia Artificial y con ella la catedrática se plantea varias cuestiones -todas ellas de mucha enjundia-: por ejemplo, si podremos producir una nueva especie posthumana a través de la biología sintética y los implantes, o inculcar valores a las máquinas para que tomen decisiones de forma autónoma y responsable. O si llegaremos a considerar a los robots como personas y ciudadanos, haciéndoles pagar impuestos o incluyéndolos en los consejos de administración de las grandes empresas". Cuidado,que llega el robot CEO. ¡Que tiemblen los grandes espadas de las empresas españolas y del mundo mundial!

Y es que, para esta experta, "La inteligencia artificial debe ser justa e inclusiva". “Las nuevas tecnologías son "muy valiosas" pero que su aplicación debe ser "transparente porque la tecnología debe buscar el bien común, promover un mundo inclusivo, no perjudicar a nadie, permitir la autonomía de las personas y la justicia". La filósofa destaca además la necesidad de "formar a la población para romper la brecha digital" y ha reclamado una renta básica para las personas que queden descolgadas en el proceso de digitalización. Faltaría más.