El Consejo General de la Abogacía Española también piensa en 'inclusivo'. Por eso ha elaborado un manual para que sus miembros -o, deberíamos decir miembros y miembras- utilicen el lenguaje de igual manera cuando se refiere al hombre y cuando lo haga a la mujer.

Considera este organismo, que agrupa a los colegios profesionales de abogados de España, que la "la lengua es y debe ser, portavoz de los avances logrados con la incorporación de las mujeres al mundo laboral. Por ello debe nombrarse en femenino todo tipo de actividad desempeñada por la Mujer en nuestro ámbito: decana consejera, abogada, directora". Además estas palabras siguen las normas del español para formar el femenino. 

Daremos unas pautas, propuestas o recomendaciones que a modo de ejemplo nos van a ayudar a usar un lenguaje no sexista:

1.- Utilización de sustantivos genéricos que hacen referencia tanto a hombres como mujeres: persona, ciudadanía, accionariado adolescencia, clientela, población. Facilitan la escritura sin romper la estética del texto.

2.- Utilización de perífrasis y de metonimias: ejemplo madrileños por “población madrileña”; La gerencia, la jefatura, funcionariado, vecindario

3.- Uso de nombres abstractos; aludiendo por ejemplo, no a la persona, sino al cargo o profesión o título, abogacía, secretaria, coordinación, decanato, dirección.

4.- Omisión de determinantes si éste marca el género: Los jóvenes y los ancianos rara vez están de acuerdo con los términos "jóvenes" y "ancianos".

5.- Determinantes sin marca de género como sustitutivo de todos: utilizar “cualquier” o “cada”. 6.

- Uso de pronombres: “quien” “quienes”: Ejemplo: Los que acudan a la reunión por “quienes acudan a la reunión”. Es preferible usar términos colectivos a usar dobles formas En caso de usarlo, alternar el orden femenino y masculino. El orden importa. 

Se recomienda del mismo modo, por su conexión con el ejercicio de la Abogacía, el conocimiento de las normas mínimas lenguaje inclusivo del CGPJ y que han sido recogidas por su Comisión de Igualdad, así como las normas de estilo de la FGE que incluyen pautas sobre el lenguaje no sexista.