Alba González ha renunciado al cargo como directora general de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial, en el ministerio que lidera Irene Montero. Su puesto pasará ahora a manos de Rita Bosaho, nacida en Malabo, Guinea Ecuatorial, y de nacionalidad española, que se convirtió en 2016, de la mano de la coalición Compromís-Podemos-És el moment, en la primera mujer negra en ser diputada nacional, puesto que ocupó hasta el pasado mes de abril. «Si algo sabemos en el feminismo es que la representación y lo simbólico importan», señaló Alba González en el anuncio de su renuncia al nuevo cargo.

Desde que se conoció la noticia las reacciones han sido diversas. A las felicitaciones propias que se suelen recibir al aceptar un cargo de responsabilidad se sumaron las críticas por no haber elegido a una persona «racializada». Colectivos como Afroféminas cargaron contra la decisión de haber colocado a «una señora blanca» al frente de esta dirección general y se preguntaban si Irene Montero no conocía a personas «racializadas» que pudieran ocupar ese cargo. «Nos desprecian una vez más», señalaba este colectivo.

La explicación que ofreció ayer en su perfil de Twitter la ya exconcejala gijonesa fue somera. «Hemos reorganizado el equipo de este ministerio para que haya una presencia visible de mujeres pertenecientes a colectivos racializados».

Tras la renuncia a su cargo, se prevé que González siga vinculada al gabinete de Irene Montero en otro puesto.

Y es que la pareja de Pablo Iglesias es sensible a este tipo de reclamaciones.