Leo en El País la espléndida solidaridad de los herreños, que acogen en su casa a los inmigrantes llegados a la isla de Hierro en cayuco. Me parece excelente. Hay que ayudar al que lo necesita y hay que recibir con los brazos abiertos al inmigrante... aunque también hay que exigirle desde el primer momento que respeten al país que les acoge. 

Otra cosa es lo que leo en el semanario católico Alfa y Omega: los tres párrocos de la isla de Hierro se han apuntado a protección civil para ser "faros de esperanza para los migrantes"... que también hay que ser cursi.

Distingamos lo urgente de lo importante, que ambos son necesarios. Sin lo urgente puedes morir pero sin lo importante no puedes vivir

Pues me parece muy mal, señores párrocos. Lo que tienen ustedes que hacer es algo que no puede hacer ni el Estado, ni las ONG: evangelizar a esos migrantes. Primero, porque esa es su función y segundo porque dar de comer y un lugar para dormir a los impecunes, pobres o vulnerables, lo hace mucho mejor que ustedes el Estado (tiene más medios, en proporción 1.000 a uno) y la sociedad civil. 

Lo que ni el Estado, ni la sociedad civil, ni la ONG, ni las familias pueden hacer con esos pobres migrantes es impartirles sacramentos e impartir doctrina. Recuerden señores párrocos, que no sólo de pan vive el hombre y que, sin Cristo, nunca se llena una vida: ni la de los ricos ni la de los pobres. Distingamos lo urgente de lo importante, que ambos son necesarios. Sin lo urgente puedes morir pero sin lo importante no puedes vivir: serás un desgraciado, rico o pobre, pero desgraciado. 

La filantropía nunca podrá sustituir a la caridad

Por lo tanto, zapatero a tus zapatos. Ahora bien, si se han olvidado de evangelizar... bueno eso es otro problema mucho más de fondo y mucho más gordo. 

En cualquier caso, recuerden que la filantropía nunca sustituirá a la caridad. 

Y allá lejos, en Ucrania, el presidente Zelensky, que cada día despierta más recelos en más gente, pretende que los curas católicos vayan al frente, a pegar tiros. Los católicos claro, que de los ortodoxos rusos no se fía y los ortodoxos ucranianos tienen sus derechos. Pues no Señor Zelensky, los curas van a las guerras no para disparar sino para arriesgar su vida administrando los sacramentos a los soldados y convalecientes varios o en la retaguardia ayudando a los heridos y a los hambrientos pero siempre, siempre, administrando sacramentos.