Comenzamos la crónica semanal sobre la persecución a los cristianos en Vietnam, donde una vez más, agentes de la policía vietnamita vestidos de civil junto a una banda de pandilleros violaron la libertad religiosa de los católicos en Ho Chi Minh City, ciudad de 9 millones de habitantes del sur del país asiático, recoge Infocatólica de Asia News.

En la mañana del 8 de diciembre pasado, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, un grupo de fieles se estaba dedicando a construir un Belén, cuando las autoridades locales irrumpieron en el lugar vestidos de civiles y acompañados por pandilleros para impedirlo. Los habitantes se resistieron, invocando el derecho a la libertad religiosa. Los católicos de Lộc Hưng contaron todo lo sucedido en la cuenta grupal de las redes sociales. Cerca de las 9 de la mañana, las autoridades abatieron el armazón de madera donde iba a colocarse la representación del nacimiento de Jesús. Los fieles no se desanimaron y retomaron sus tareas por la tarde. Las autoridades intervinieron una vez más, para detenerlos.

Cerca de las 9 de la mañana, las autoridades abatieron el armazón de madera donde iba a colocarse la representación del nacimiento de Jesús

Los habitantes se opusieron nuevamente y la policía efectuó tres arrestos, esposando a la Sra. Cao Thị Thu, al Sr. Phạm Trung Hiếu y al joven Phạm Duy Quang. El grupo  fue liberado cerca de las 22 horas. En el enfrentamiento, los agentes destruyeron las estatuas de María y José. «La represión fue realmente brutal», declaró Phạm Duy Quang a RFA al día siguiente de la violencia. «A las 15:30  –agregó–  estábamos todos reunidos para rezar y prepararnos para alistar el pesebre. Luego de la oración, apareció en el lugar un gran despliegue de fuerzas con el objetivo de destruirlo. Nos golpearon y nos arrinconaron». Pham cuenta que los tres fueron acusados de incitación a «asambleas masivas para perturbar el orden social».

La Sra. Cao dice que fue agredida por las autoridades antes de ser arrestada, «solo estábamos reunidos allí para proteger el pesebre – explica –. Tengo 58 años y mi audición es pobre. Pero me golpearon en la cara y me tropecé. Sentí caer un ladrillo sobre mi pie. Fue tan doloroso, que recogí el ladrillo, lo arrojé lejos y comencé a huir. Ahí fue cuando me arrestaron, acusándome de haber arrojado un ladrillo [contra ellos], lo cual es una violación administrativa». La anciana agrega que la policía le pidió aceptar ser arrestada o de lo contrario, debía abonar una multa, pero ella se negó. «Les respondí: por supuesto que no, no pagaré aunque me retengan, así que firmé el informe sin nada que temer».

Pero no hace falta irse a Asia para informar sobre la persecución a los cristianos. El Papa Francisco denunció esta semana que “hoy hoy en el mundo, en Europa, muchos cristianos son perseguidos y dan la vida por su fe”, informa Aciprensa.

¡Cómo ha sido perseguida esta gente! ¡Cuánto ha sufrido por el Evangelio!”, exclamó el Santo Padre. “Pero nunca han negociado la fe. Son un ejemplo

El Pontífice explicó que, antes de la Audiencia, había recibido a un grupo de peregrinos ucranianos pertenecientes a la eparquía de Mukachevo, de rito bizantino, con motivo del 30 aniversario de la salida de la clandestinidad de esta comunidad tras la caída del comunismo.

“¡Cómo ha sido perseguida esta gente! ¡Cuánto ha sufrido por el Evangelio!”, exclamó el Santo Padre. “Pero nunca han negociado la fe. Son un ejemplo”.

Fue entonces cuando lamentó que “hoy en el mundo, en Europa, muchos cristianos son perseguidos, y dan la vida por su fe. O son perseguidos con guante blanco: son dejados de lado, marginados…”.

Hoy en el mundo, en Europa, muchos cristianos son perseguidos, y dan la vida por su fe. O son perseguidos con guante blanco: son dejados de lado, marginados…

En ese sentido, recordó que “el martirio es el aire de la vida de un cristiano, de una comunidad cristiana. Siempre habrá mártires entre nosotros, y esa es la señal de que estamos en el camino de Jesús. Es una bendición del Señor que haya en el pueblo de Dios alguno o alguna que dé este testimonio del martirio”.

En su discurso ante los fieles ucranianos, a los que recibió en la Basílica de San Pedro, el Papa destacó que “la Iglesia de Mukachevo es madre de muchos mártires, que con su propia sangre han confirmado su fidelidad a Cristo, a la Iglesia Católica y al Obispo de Roma”.

El Papa destacó la labor de aquellos que, bajo la represión, supieron conservar y transmitir la fe: “Abuelos y abuelas, padres y madres, que en la intimidad de sus hogares, y a menudo bajo la atenta mirada del régimen hostil, arriesgando su libertad y su vida, transmitieron la enseñanza de la verdad de Cristo y ofrecieron a las generaciones futuras, de las que sois representantes, un testimonio elocuente de fe firme, de fe viva, de fe católica”.