Hablábamos en Hispanidad de la ecología estúpida. Esa en virtud de la cual se ha puesto de moda que los activistas climáticos se peguen a la pared o al suelo. Y ahora, también al asfalto. Eso es precisamente lo que ha hecho un activista alemán que, como consecuencia de su hazaña, podría perder su mano. 

También los hay menos temerarios y algo más despistados.

activista climático

 Y después están los ecologistas 'deluxe', como el grupo que pegó sus manos al suelo en un pabellón de Volkswagen, eso sí, pidieron calefacción y un cubo para hacer sus necesidades.