Los oráculos de la neo-verdad -o sea de la falsedad codificada y prestigiosa- más famosos en España son Maldita y Newtral, creados por el mismo equipo y con los que no tiene nada que ver la estrella de La Sexta, doña Ana Pastor, naturalmente.

Su noble tarea consiste en mentir y decir que los demás mienten, cobrando por ello. Se llevan estupendamente bien con los hombres de la neo-verdad. Por ejemplo, con el ínclito George Soros, que financia parcialmente Maldita y a varias decenas de pro.   

Pero obviamente, Maldita y Newtral, a los que la neo-verdad importa tanto como a mi el futuro de Leo Messi, no son sino títeres de entramados mayores. Por ejemplo, Facebook los utiliza para premiar con su altavoz a aquellos periódicos que siguen la consigna de lo políticamente correcto y castigar a los rebeldes con pérdidas de audiencia y con ello, de publicidad. Facebook prohíbe compartir, a veces noticias concretas, a veces medios enteros. Con ello, el señor Zuckerberg, un intelectual de fuste, le cierra la puerta a quien él, experto en periodismo, le venga en gana. Todo según los criterios del Nuevo Orden Mundial (NOM), es decir, políticamente correctos, es decir, criterios anticristianos.

Ojo, y la maquinaria se cierra con Google, el rey de la red, el más peligroso monopolio mundial del momento, convertido, todo un mérito pero muy peligroso, en el gran buscador que dirige como le viene en gana un mundo marcado por la saturación informativa. Un gran logro, el del buscador creado por Larry Page y Serguei Brin, ciertamente, pero también el gran manipulador global. Al lado de Google, los censores del pasado, pongamos en España la censura de Franco, eran cosa de risa.    

Sí, Google es un parásito, un ladrón y ahora un censor que amenaza terminar con el paraíso de la libertad que constituyó la irrupción de Internet. Parásito, porque no hace noticias, vive de las noticias que hacen los medios. Ladrón porque le roba a la prensa, a través de las noticias de los propios medios, su publicidad. Censor porque, encima, selecciona los contenidos que deben leerse y los que deben esconderse. 

Queda demostrado que vivimos en tiempos de censura global -es lo bueno y lo malo de la tecnología, que siempre es global y nos obliga a jugar a órdago- y, atención, anticristiana. Es el Nuevo Orden Mundial (NOM) en red: a cargo de Google, Facobook y los "verificadores'.

E insisto: en este ambiente de pensamiento único, ¿cuál es el mensaje más censurado? Acertaron: el mensaje y el pensamiento cristianos. Pero tranquilos: a Dios no hay quien le silencie. Ni en Google. Además, le gusta jugar con esos poderosos y siempre les sorprende por donde menos se lo esperan.