El patio está revuelto y no parece que esto vaya a parar. En diferentes ocasiones he escrito ya sobre el radicalismo de las ideas, el descontento social y las tendencias polarizadas como causa-efecto, además del choque social por la irrupción de la mentira que propone la supuesta nueva antropología que trata de difundir la ideología de género. Pero mientras los ciudadanos -¡no la ciudadanía, por Dios!- se parten la cara unos contra otros, las familias luchan por sobrevivir en el día a día por la educación que ellos quieren para sus hijos, por la esperanza de alcanzar un sueldo y una jubilación dignos, hay un ridículo 0,5% de ciudadanos que viven precisamente de esa discordancia en la que nos movemos. Hablo de los políticos. Hablo de los que, a pesar de que la sociedad les mantiene, la traicionan constantemente por promesas incumplidas, corruptelas contempladas y dispendio por parte de todos y, especialmente, de los cabezas de cartel.

El 99% de la población española somos nosotros, usted y yo, y el del piso cuarto y el señor del autobús al que ve todos los días y no sabe cómo se llama. Sí, somos los paganinis a los que veo cómo nos torean porque, y no sin querer, no tenemos posibilidad de que los ciudadanos nos organicemos sin que ellos lo permitan a través de sus partidos, sindicatos, asociaciones o plataformas adecuadamente subvencionadas para que nadie se mueva en la foto.

¿Cree usted que las feministas se ponen solitas de acuerdo para saber qué decir, cuándo y dónde? ¿Piensa que cuando los jubilados van o vienen con sus cartelones colgando a la puerta del Congreso, es porque se han llamado entre ellos? Mire, solo en una ocasión tuvimos la oportunidad de una rebelión popular donde los ciudadanos nos pusimos de acuerdo de forma espontánea y sumaron adeptos a cada hora, fue en el 15-M, hasta que un tal Pablo Iglesias lleno de humanidad y democracia de bases lo embargó... Sí, se quedó con aquel movimiento, pero no lo hizo solo, tuvo la ayuda del CNI para bloquear aquella revolución.

Pero ya que los ciudadanos estamos cuarteados en horizontal y en vertical para que no podamos asumir cierto poder de organización, por lo menos nos queda el derecho a patalear y a hacer saber a todos lo que sabemos que sucede, cada uno con sus medios... En la actualidad tenemos más políticos que viven de los presupuestos que ningún país de Europa. Por ejemplo, tenemos 300.000 políticos más que Alemania y, sin embargo, tenemos la mitad de población. Y eso que Alemania es un país mucho más descentralizado y con seis niveles diferentes de administración, mientras España tiene cuatro: Estado central, comunidades, municipios y diputaciones. Así con todos los países excepto Italia, que somos primos hermanos.

En el año 2011 teníamos exactamente 445.685 políticos; 15.967 médicos;154.000 policías; 19.154 bomberos... Es decir, teníamos más políticos que médicos, policías y bomberos juntos

Seamos objetivos y vayamos a los datos. En el año 2011 teníamos exactamente 445.685 políticos; 15.967 médicos;154.000 policías; 19.154 bomberos... Es decir, teníamos más políticos que médicos, policías y bomberos juntos. Ahora valoremos los sueldos medios de algunas de estas profesiones: maestro, por prepararnos para la vida, 1.400€; policía, por arriesgar su vida por ti, 1.600€; bombero, por salvar tu vida, 1.800€; médico, por mantenerte con vida, 2.200€; diputado, por decidir qué es bueno o malo para nosotros, aunque no nos guste, 2.500€ + dietas de viaje y comidas + vivienda + seguro médico particular.

Además de las diferencias salariales, para ser policía, hay que tener el bachillerato y hacer una oposición; para llegar a bombero, hay que cursar bachillerato superior y hacer una oposición; si quiere ser maestro, hay que tener el bachillerato superior, un título universitario y hacer una oposición; y si lo que quieres es ser médico, hay que tener el bachillerato superior, la nota más alta en la selectividad, título universitario de seis años, oposición a MIR para la especialidad y es obligatorio cuatro años para medicina general o cinco años para el resto de especialidades y por supuesto, hacer una oposición, total, once años en el mejor de los casos. Sin embargo, para un diputado, la cosa pinta diferente: ningún título, ningún requerimiento, solo el dedo. Y por favor, que no nos hablen de elecciones populares, porque son listas cerradas.

Lo que todos esperamos es que promocionen la natalidad o que retiren las jubilaciones vitalicias de ex presidentes del Estado y Comunidades

Por lo visto, la bolsa de las pensiones peligra y se ponen todo tipo de soluciones: jubilación más tarde, subirlas solo un 1,5% porque no hay para más, traigamos personas de otros países, subir el sueldo mínimo o endeudarnos más y a más generaciones... Sí, soluciones mentirosas porque sabemos que no solucionan nada. Lo que todos esperamos es que promocionen la natalidad o que retiren las jubilaciones vitalicias de ex presidentes del Estado y Comunidades.

La quiebra no son las jubilaciones de los que han madrugado, arriesgado su patrimonio, luchado por un duro trabajo durante años, embargarse durante décadas por la educación de sus hijos o en la compra de una vivienda, y pagado sus impuestos. No es esta jubilación la que tiene que ponerse en duda, si no la de los políticos relevantes y las prebendas de los menos conocidos, sus pagas y las ventajas sociales que ninguno tenemos.

No sé dónde he leído recientemente: "Trabajar en el congreso debe ser honor, no una carrera para medrar y enriquecerse", y tenía razón. O como dice el puertorriqueño y rapero René, de Calle 13: "El pueblo hace memes de los políticos, pero son los políticos os que se siguen riendo del pueblo".

La fragilidad de la libertad (Homo Legens) Francisco José Contreras. El autor plantea la libertad rota desde los nuevos paradigmas que generan la crisis del siglo XXI: la natalidad por debajo de la cuota cero, el olvido del matrimonio varón/mujer como solución a los problemas de futuro, la contradicción de la inmigración y la pérdida constante de libertad personal a pesar de todos los derechos sociales que jamás tuvo la humanidad. Un libro de combate seguro, conociendo al autor, que siempre ha demostrado su músculo intelectual y la capacidad de exponer de firma meridianamente clara.

Estado de disolución (Sekotia) Elio Gallego García. Aunque de este libro ya he hablado, no puedo dejar de hacerlo de nuevo al tocar este tema que muchos podrían tomar como populista. Estado de disolución, es un magnífico ensayo basado en Donoso Cortés, un político modelo que dejó el camino abierto a la ética y moralidad de hacer política, además de avisar de qué fallos se podrían cometer para que la sociedad se licuara en una suerte de nada.

Puesto que todo está en vías de destrucción (Nuevo Inicio) Fabrice Hadjadj. Un análisis desde la filosofía, con una visión cristiana esperanzadora del pesimismo nihilista que envuelve a la sociedad. Capítulos bien sintetizados con los temas que quizá más nos atañen o representan a las civilizaciones modernas occidentales. Como todo lo de este autor, es para tenerlo, leerlo y observarlo a tu alrededor. Serás una persona diferente.