No es la primera vez que José Pablo enfada a las feministas clásicas, pero el motivo se repite. En abril de este mismo año, la tele de todos defendía la inclusión de las atletas transgénero en las categorías femeninas deportivas. Las feministas de la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres elevaron una queja a la Defensora de la Audiencia de RTVE y al Observatorio de Igualdad del ente público. Todo ello por el tratamiento que dieron a una noticia que también contamos en Hispanidad: la decisión de la Federación Internacional de Atletismo: sólo podrán competir las mujeres de "sexo biológico femenino". Las feministas denunciaron la "sesgada" forma en la que contaron la noticia.

Ahora, la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres vuelve a la carga, y con razón. Señalan al programa del 2 de noviembre "programa LGTBIQ+" Wisteria Lane. A ojos de las feministas clásicas, se "despachó la defensa de las categorías deportivas de las mujeres como “un ataque a las comunidades trans e intersex” y una “trinchera para los discursos de odio”. Así enmarca la radio pública el legítimo derecho de las atletas a una competición justa. ¿Con qué argumentos? Con los que quiera el transactivismo, la única voz que se escuchó en el programa no para debatir sino para intoxicar".

Por lo que frente a la defensa de incluir a hombres en el deporte de mujeres, las feministas clásicas recuerdan: 

  • Lo importante es participar, sí. Pero sin trampas.
  • El deporte de las mujeres no existe para validar identidades.
  • Tratar a las personas con los pronombres que prefieran no es tolerancia. Es imposición para aceptar el embuste de que el sexo se puede elegir y cambiar.
  • Defender la separación por sexos en las categorías deportivas no excluye a las personas trans del deporte: pueden hacer deporte en la categoría que les corresponda.  
  • Reconocer la existencia de mujeres y hombres con distintas capacidades biológicas no es segregación.
  • Mientras existan categorías deportivas basadas en el sexo, la única opción justa es respetar esas categorías, de lo contrario no tiene sentido que haya una categoría reservada a las mujeres Los hombres no tienen derecho a usar el vestuario de las mujeres.
  • El derecho de las mujeres a la intimidad, seguridad y privacidad no es moneda de cambio.
  • La oferta de gestionar denuncias por supuesta discriminación es una amenaza hacia las mujeres que no consientan vulneraciones de sus derechos.
  • Rechazar la colonización de los espacios de las mujeres por hombres no es acoso.
  • Defender el derecho de las mujeres a competir en condiciones de equidad no es discriminación.
  • La formación en diversidad, sea eso lo que sea, no puede ser un coladero de las exigencias transactivistas.

José Pablo, ¿estás ahí?