La historia que cuenta es que le acompaña un cerrajero porque acaba de adquirir la vivienda y va a cambiar las cerraduras
En Hispanidad les hemos contado casos que demuestran que la okupación es un negocio, más allá del lucro personal de vivir sin coste de vivienda: casos como el del okupa rentista, que okupó un piso y alquiló otros 26 que estaban libres en la comunidad.O el de quien alquilaba el piso okupado por habitaciones para la Feria de Sevilla, piso propiedad de una persona enferma de parkinson, o el okupa de Móstoles que alquila por 1.800 euros las habitaciones a estudiantes.
Y oiga, hay negocio, y sino que se lo digan al cerrajero okupa, que tiene toda una empresa montada en la que abre pisos vacíos, cambia las cerraduras y vende las llaves por 1.500 euros, en TikTok.
Y el negocio se ha extendido por España y ha llegado a Sevilla, en concreto al barrio de Los Remedios, donde en apenas unos minutos se produjeron dos okupaciones por el mismo método. En ambos casos los okupas tenían bajo supervisión las viviendas, sabían que estaban vacías, y todo apunta a que los okupas habían hecho un estudio previo de la zona.
Una vez localizadas las casas, entran en la segunda fase del plan: una persona se autopresenta como el nuevo propietario del piso, con una carpeta repleta de hojas en las que supuestamente está la escritura. La historia que cuenta es que le acompaña un cerrajero porque acaba de adquirir la vivienda y va a cambiar las cerraduras, suponemos que incluso alegará que así no se le cuelan okupas.
La clave es la naturalidad, saludar a los vecinos, presentarse como el nuevo propietario, hacerlo todo con mucha seguridad y como si no se estuviera cometiendo ninguna ilegalidad.
Pero una vecina no se creyó todo lo que pasaba por lo que llamó al dueño real del piso y a la Policía, por lo que los agentes se presentaron de inmediato en el domicilio. Y la cosa no acaba ahí: en la escena aparecen el propietario real, la Policía, la vecina que da el aviso y el okupa con su cerrajero, asegurando que él es el propietario y que para resolverlo va a llamar a su abogado, que también se presenta en el lugar. Los agentes no supieron cómo actuar puesto que no sabían quién era el propietario real, así decidieron presentar diligencias de los ocurrido y los okupas pudieron irse sin problema, tal y como acreditaría a ABC la abogada de una de las víctimas, Cinta Jiménez, de Abogados Montaño Ybarra.