Acabamos de ver cómo el poder político, asociado al financiero, nos ha regalado un espectáculo de poder en lo que muchos llamarían la fiesta de la democracia. Francia se crece con un nuevo líder político con poca experiencia pero joven, guapo, pijo y con una leyenda urbana bisexual que le predispone hacia el LGTB francés. Macron es el nuevo efecto visual del éxito, donde todos los jóvenes que desean medrar en los negocios, la política o las finanzas se verán como en un espejo. ¿El secreto de Macron? Ser obediente al dictado de la socialdemocracia. Es como en las familias mafiosas, si das tu vida por la familia, la familia nunca te abandonará. Como en casi todos los países de la Unión Europea el bipartidismo se ha roto y el espectro político se cuartea con viejas ideas que retornan refrescadas solo por nuevas caras. Pero lo que comenzó en Suecia en 1932 con un ensayo político llamado socialdemocracia se ha convertido en un estándar europeo (que no occidental, en EEUU no sucede). El proyecto de globalizar a la sociedad a base de unos valores fijados por lo políticamente correcto, la libertad subrrogada a las obligaciones sociales y fiscales, y al adormecimiento porque papá Estado te cubre con su salud y su educación "gratuitamente" ha funcionado. Los suecos a la cabeza, y los países con más tradición socialdemócrata, viven una sociedad individualista, fragmentada y sin la defensa de la protección que propicia la familia. Esa es la realidad norte-sur en Europa, que los países del sur, tradicionalmente católicos, han soportado la crisis gracias a sus estructuras familiares y los del norte (tradicionalmente protestantes, o nada) lo resuelven a base de dinero, pero con más suicidios per cápita. Comprender qué es la socialdemocracia y su historia con sus consecuencias es importante. Francia se alzó en la primea vuelta de las elecciones con una rebelde que todos los medios de comunicación se empeñaron en llamarla una y otra vez "ultra" y un moderado buenista que defendía como nadie la unión de un proyecto en el que se han invertido miles de cientos de millones con el fin de globalizar y someter a una sociedad domesticada por el "todo gratis" a cambio de su libertad. Claro, la Europa triunfante ha respirado otra vez pero todavía toma pastillas para dormir porque Le Pen, La Rebelde europea, no ha ganado pero sí se ha afianzado en la posición política que cada vez más ciudadanos ven como una salida a una Europa cada vez más descafeinada, donde lo que solo importa es el dinero. Y las personas también, pero como piñones del engranaje que produce ese dinero. España es socialdemócrata porque los cuatro partidos con opciones a gobernar lo son. Solo cambian en ellos el color y las siglas de sus logos, y que unos van con coleta y otros no... Pero todos cierran filas al proyecto común que les mantiene en el poder y les da de comer estupendamente. Tengo la esperanza de que una parte de la sociedad española se está removiendo entre las callejuelas de la sociedad y se están organizando otras formaciones políticas de nuevo cuño, recuperando la identidad y que quieren decir algo distinto, alto y claro. Y si no, al tiempo. La dictadura del relativismo (Buena Nueva), de Ramón Domínguez Balaguer. Este ensayo acerca al lector a un breve tratado de antropología sobre la violencia humana. Sí, parece un poco raro lo que digo pero es verdad, porque si hay algo que genera violencia es el relativismo, y si no que se lo pregunten a los defensores (activos o pasivos) del aborto, por ejemplo... Sin que el lector se confunda con un libro religioso porque el autor utilice referencias bíblicas e incluso al mismo Cristo, las tesis que desarrolla son tremendamente humanas y muy explicativas que nos ayudan a conocer que sin una moral clara, no basta con la ética. El valor de la vida y en consecuencia con el prójimo es fácil relativizarla y adueñarte de él como un producto más de uso o abandono. Se trata de un libro de pensamiento con resultados eficaces. El colorante laicista (Rialp), de Javier Álvarez Perea. Si uno de los pilares de la socialdemocracia es el relativismo atroz, la laicidad es la manera lógica para acceder a ella desde una ideología que aplasta la capacidad de decisión ante problemas de tipo social, ético y moral. Una ideología que pretende imponerse como la única voz que opina marginando a otras de la vida pública como a los católicos y algunas formaciones políticas identitarias. Políticos españoles, liderazgo y personalidad (Última Línea), de Víctor M. Pérez Velasco. De Franco a Rajoy... De nacionalcatolicismo a la socialdemocracia... de la mano de ocho presidentes que no son solo parte de nuestra historia. Detrás de cada uno hay una persona y posiblemente un error para todos. El autor hace un estudio, como si de un proceso simplificado de selección de personal se tratara, el autor analiza primero la personalidad de estos políticos; en segundo lugar perfila los puestos ocupados por estas personas; en tercer lugar compara el perfil de cada personaje con el perfil del puesto; y finalmente, se define el grado de idoneidad de los políticos evaluados con los puestos ocupados. El proceso se cierra con un ranking de mayor a menor aptitud de los ocho políticos. Humberto Pérez-Tomé Román @hptr2013