Recogemos en esta crónica nuevos episodios de persecución a los cristianos en el mundo. En esta ocasión nos vamos a la India, donde se ha producido un aumento de persecuciones a los cristianos.

Por esa razón, recientemente, un grupo de 93 exfuncionarios y altos cargos públicos indios pidió en una carta al primer ministro, Narendra Modi, que tome medidas concretas para frenarlo. Entre los firmantes de la carta se encuentran el ex vicegobernador de Delhi Najeeb Jung y la ex ministra de Asuntos Exteriores Sujatha Singh, recoge Infocatólica de Asia News

«Los cristianos constituyen sólo el 2,3% de la población india», dice la carta, «y este porcentaje se ha mantenido más o menos igual desde el censo de 1951. Sin embargo, en la mente de algunos, este minúsculo número supondría una amenaza para el 80% de la población que es hindú».

La falsa acusación de conversiones forzosas se convierte en el pretexto de ataques verbales, físicos y psicológicos contra los cristianos y sus instituciones. «Se destruyen iglesias y hogares de cristianos tribales y dalit, se vandalizan cementerios, se atacan instituciones educativas y sanitarias y se intimidan las reuniones de oración. Estos ataques se producen principalmente en Chhattisgarh, Assam, Uttar Pradesh, Madhya Pradesh, Odisha, Karnataka, Gujarat y Maharashtra».

«Como primer ministro de nuestro país y de todo su pueblo -incluidos musulmanes, cristianos y otras minorías religiosas- y como miembro destacado del BJP, le pedimos que se manifieste en contra de estos actos inaceptables y se asegure de que la policía y los altos cargos impiden que vuelvan a producirse incidentes de este tipo», dice la carta. «La violencia puede detenerse inmediatamente con una sola palabra de los máximos dirigentes del BJP, del Gobierno de la Unión y de todos los gobiernos estatales. Y como antiguos funcionarios, también sabemos que el silencio sólo generará más violencia. Los cristianos, como todos los indios, deben tener la garantía de un trato igualitario e imparcial por parte del ejecutivo y de la ley», concluyeron.

La noticia de este enésimo secuestro contra religiosos llega pocos días después de la liberación del padre Antoine Macaire Christian Noah, misionero claretiano en Kazal

Nos vamos ahora a Haití, donde el padre Jean-Yves Medidor, sacerdote de los Clérigos de San Viator, colaborador en la parroquia Christ-Roi le Meilleur de Puerto Príncipe, fue secuestrado el pasado 10 de marzo, recoge Fides.  Según las escasas informaciones recogidas hasta la fecha, fue atacado y secuestrado por una banda armada de encapuchados que lo metieron en un coche y se marcharon. 

La noticia de este enésimo secuestro contra religiosos llega pocos días después de la liberación del padre Antoine Macaire Christian Noah, misionero claretiano en Kazal. Concretamente, la zona de Croix des Bouquets, un suburbio de Puerto Príncipe, está bajo el control del grupo armado conocido como los 400 Mawzoo "expertos" en secuestros. 

Esta banda criminal fue la que secuestró en octubre de 2021 a un grupo de cristianos estadounidenses y de Canadá que construían un orfanato en Haití. Tiempo después los rehenes fueron liberados. El grupo “400 Mawozo” también fue responsable del secuestro de cinco sacerdotes, dos monjas y tres laicos católicos en abril de ese mismo año. Se les dejó en libertad a todos  luego de que se hiciera un pago a los delincuentes por el rescate de dos sacerdotes.

Yo, junto con el imán y el pastor protestante, fuimos al bosque a encontrarnos con los líderes rebeldes. Estaban todos armados con fusiles y machetes

Y terminamos en la República Centroafricana, en Bangui, donde Dieudonné Nzapalainga tiene una de las misiones más complicadas: ser arzobispo de una zona asolada por la guerra y el yihadismo, recoge Religión en Libertad

141584 cardenal bangui

Mons. Nzapalainga en una entrevista con Tempi habló de su vida y también de la necesidad de una paz tan necesaria, por la que no ha dejado de luchar. Recuerda la terrible situación de Bangassou en 2018: “Yo, junto con el imán y el pastor protestante, fuimos al bosque a encontrarnos con los líderes rebeldes. Estaban todos armados con fusiles y machetes, yo no tenía nada más que un corazón lleno del amor de Dios, lo único que te permite dejar de lado el odio y el rencor. Y les dijimos: ‘Ustedes no tienen derecho a matar, a maltratar a las personas, a humillarlas y a robar’. Entonces los escuchamos. Y así comenzó un viaje. Evidentemente es peligroso: muchas veces me he arriesgado a recibir un balazo en la cabeza. Pero el diálogo es la única manera de desarmar los corazones por encima de todo”.

Al principio estaba solo en este cometido por la paz. Ni los políticos ni la propia comunidad cristiana le entendían. Sin embargo, el purpurado considera que junto al imán y al pastor protestante dio el primer paso para conseguir la paz. Si en 2016 el 80% del país estaba en manos de bandas rebeldes, ahora solo el 20%, el resto está de nuevo bajo el control del Gobierno.

África es la esperanza de la Iglesia, ante una Europa secularizada, sin vocaciones y con cada vez menos fieles. Pero el cardenal Nzapalainga tiene un particular punto de vista: “Si los grandes misioneros europeos no hubieran estado convencidos de que no hay nada más importante que el mensaje del Evangelio -Dios se hizo hombre y nos ama-, nunca me habría hecho sacerdote y nunca me habrían invitado a Rímini. Ayer, como hoy, solo hay un mensaje que vale la pena llevar al mundo entero: el amor de Jesucristo. El Evangelio siempre tendrá una fuerza revolucionaria. El cristianismo, al encontrarse con diferentes culturas, genera diferentes sensibilidades pero lo esencial es lo mismo para todos. Necesitamos, por tanto, comunidades donde este mensaje resuene con fuerza ya que a los jóvenes se les debe recordar que sólo el amor de Dios es capaz de llenar el corazón del hombre. Quizás alguien en Europa lo haya olvidado. Pero para ir a buscar jóvenes, para encontrarse con jóvenes, hay que tener pasión por el hombre. Vengo a la Junta a hablar de esto”.