Informaba Rocío Orizaola en Hispanidad del caso de Loli Andrés, una vecina de Sestao (Vizcaya), cuya prima de 83 años tenía un piso que había sido inquiokupado. Ésta lo tenía alquilado a tres jóvenes. En marzo les comunicó que no renovaría el contrato, dos de los chicos se marcharon en julio, pero el tercero decidió quedarse y no pagar. Loli necesitaba vender con urgencia el piso para pagar la residencia de su prima, cuya salud se ha visto empeorada por la presencia de los okupas.

Pues bien, su calvario ha terminado: ha recuperado su casa okupada y podrá pagar la residencia a su hermana. Según ABC, El ocupa abandonaba la vivienda por su propio pie y sin oponer ningún tipo de resistencia. Una vez la comitiva judicial, acompañada de una patrulla de la Ertzaitnza, ha hecho acto de presencia, ha salido con varias bolsas y mochilas. Pocos minutos después, también ha abandonado el piso otra de las personas que estaba con él.

loli

Después de mucha angustia la historia de Loli ha terminado bien pero, consciente mejor que nadie del problema de la okupación, pide que los gobernantes que salgan elegidos cambien las leyes porque "no funcionan y no defienden nuestros derechos".