Decíamos anteayer... que el 'resumencito' con el que Google anticipa las búsquedas de información en prensa, que ahora precede a los enlaces con las páginas web de los periódicos está destrozando a la prensa libre y decíamos ayer que esto supone laminar a la prensa española, ante la sonrisa complaciente del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: así no se meterán con su esposa ni con su hermano.
Pues bien, hoy podemos confirmar nuestros peores temores: pasamos del resumencito de la prensa realizado por Gemini, la inteligencia artificial (IA) de Google, a que todo, absolutamente todo, lo haga Gemini... a suprimir los enlaces con las web de la prensa.
El buscador aspira a que sólo haya un periódico en el mundo: Google y que toda la información la recibamos por él... pero seguirá robando el trabajo de los periodistas, claro está
Naturalmente Google no tiene periodistas y la Inteligencia artificial no crea nada, pero, eso sí, como máquina que es, roba a gran velocidad el trabajo de miles de periodistas y elabora un resumen que la inmensa mayoría de los lectores les basta: así no entrarán en la página electrónica de ningún periódico y no verá su publicidad... ergo, el periódico se arruinará.
Hasta ahora, Google robaba a la prensa el copyright de su información y buena parte de su publicidad. A cambio, les devolvía las migajas de los enlaces. Pues bien, ahora pretende quedarse con todo: robarle toda la propiedad intelectual y todos los ingresos publicitarios: suprimir los enlaces.
La prensa española, y la europea lo mismo, no reacciona; sufre síndrome de Estocolmo respecto al parásito creado por Serguei Brin y Larry Page
Aseguran, y esta va a ser una de la decisiones jurídicas del momento que Gemini no copia, según Google, sino que resume, no el el trabajo de un periodista sino el de miles de periodistas y de centenares de páginas web.
¿Y qué? En cualquier caso, la IA es una máquina e, insisto, no crea nada, copia. Mucho me temo que, dado el Estado del mundo, los tribunales acabaran por darle la razón a Google e incluso llegarán a la estupidez de asegurar que Gemini tiene propiedad intelectual y el propietario es Google: ese será el final de la prensa libre..
Primero el 'resumencito', luego suprimimos el resumencito y nos cargamos a la prensa..."en su totalidad manifiesta" que diría el gran Forges.
Google, el gran dictador global, que hoy dirige Sundar Pichai, el 'amigo' de Sánchez, pretende que toda la humanidad, en todo el planeta, reciba la misma información por el mismo conducto: por Google, por él mismo
La situación es esta: hay que destruir -he dicho destruir, ya no basta con detener- a Google porque Google va a destruir a la prensa, y sin prensa no hay democracia y sufre la libertad, sobre todo la libertad intelectual. El periodismo ciudadano de las redes sociales tiene sus riesgos, pero, sobre todo, también puede ser fagocitado por Gemini AI, la plataforma de inteligencia artificial de Google.
Dicho de otra forma: con esta IA, Google, el liquidador de la prensa libre, da un paso más: suprimir los enlaces con los periódicos.
No sé si no damos cuenta de lo que esto significa: el buscador norteamericano aspira a que sólo haya un periódico en el mundo: Google y que toda la información la recibamos por él y a través de él... pero seguirá robando el trabajo de los periodistas, claro está.
En el entretanto, la prensa española, también la europea, no reacciona: sufre un estúpido síndrome de Estocolmo respecto al parásito creado por Serguei Brin y Larry Page, síndrome acentuado por un pais como España que vive en guerra civil permanente. El editor español parece entristecerse menos con su mala ventura que con la desventura de sus competidores.
¡Si prohibimos Google es el fin! Si prohibimos Google no pasaría absolutamente nada: otros buscadores ocuparían su lugar y volveríamos a ser libres. En primer lugar, los periodistas, en segundo lugar, la humanidad
Google, el gran dictador global, que hoy dirige Sundar Pichai, el hombre que utiliza al ingenuo de Pedro Sánchez para que el viejo continente no le empitone, pretende que toda la humanidad, en todo el planeta, reciba la misma información por el mismo conducto: por Google, por él mismo.
Dos soluciones; o que toda la prensa prohíba Google replicar su informaciones -y me temo que este consenso editorial no es posible a estas alturas- o recurrir al modelo chino: Google, campeonísimo: si quieres operar sobre la población china, 1.400 millones de habitantes, deberás aceptar nuestra censura, la del Partido Comunista Chino (PCC).
Esta última, en mi opinión es la única media que puede salvar a la prensa: suprimir Google por decreto. Pero recuerden, Pedro Sánchez, tan amigo de denunciar a los señores del algoritmo, es decir, a Elon Musk, recibe con entusiasmo, al mismo tiempo, al CEO de Google, el precitado Sundar Pichai... que, habrá que insistir, utiliza a Sánchez como ariete para que a Europa no se le ocurra plantearse, no ya la prohibición de Google en el continente, sino medidas de contención del abusón monopolio Google o, sencillamente, que deje de utilizar a la prensa libre.
Y por cierto, algún día espero que Donald Trump caiga en la cuenta de que Google no es su amigo, sino todo lo contrario.
¡Si prohibimos Google es el fin!, claman muchos tontainas. Si prohibimos Google no pasaría absolutamente nada: otros buscadores ocuparán su lugar y volveríamos a ser libres. En primer lugar, los periodistas, en segundo lugar, la humanidad.
¿Y qué ideario tiene Google? El buscador se ha convertido en uno de los puntales del Nuevo Orden Mundial (NOM), es decir, hoy representa lo políticamente correcto, que en el siglo XXI se llama Cristofobia
Por cierto, ¿cuál es el ideario tiene Google? Sencillo: el buscador se ha convertido en uno de los puntales del Nuevo Orden Mundial (NOM). Es decir, Google representa hoy representa lo políticamente correcto, que en el siglo XXI es la Cristofobia.
Sí, Google censura, sobre todo a los católicos y cualquier tipo de principio cristiano. Censura al estilo Google, que hasta ahora consistía en no emplear nunca el lápiz rojo. Sencillamente, lo que gusta al buscador se sitúa en la primera página de enlaces, lo que no gusta a partir de la segunda o en la tercera... y nadie llega hasta allí.
Con la IA, simplemente los caraduras de Google han dado un paso más: le sigue y seguirá robando la información pero ya sin citar y les sigue robando la publicidad pero ya al 100 por 100.
Hay que detener o destruir a Google. O eso, o pararle los pies al estilo Xi Jinping. No sólo está en juego la prensa, está en juego la libertad.
Y mientras, los tuiteros, precisamente haciendo uso de las redes sociales, parodian... a las redes sociales, como siempre, sin perder el sentido del humor y sin dejar de ser certeros en sus mensajes. Ya saben, es el periodismo ciudadano, ese con el que los grandes, ni Google, ni Instagram, ni Tik Tok, pueden acabar.











