
Aitor, Antonio e Iván engrosan la lista de las más de 60.000 denuncias falsas por violencia de género que se presentan en España al año... y el "99.99 quedan impunes"
Antonio, Aitor e Iván tienen algo en común: no poder estar con sus hijos. En el caso de Antonio ha sido denunciado cuatro veces por violencia de género: "todas las causas las he ganado, todas las denuncias han sido falsas". "Llevo seis años y medio sin ver a mi hija, que ha sido alienada por parte de la madre".
A Aitor la madre de su hijo le ha interpuesto tres denuncias falsas. Este padre explica que ha sufrido "malos tratos" por parte de su expareja y "mi hijo igual, malos tratos físicos, psicológicos". "Ha llegado hasta tal punto, para que volviera con ella, de amenazar con que se iba a suicidar y que se iba a llevar al niño con ella". " A día de hoy ella sigue con la custodia del niño".
Por último, Iván, que no ve a sus dos hijos desde hace cuatro años "los dos sufren alienación parental grave". "He ganado todos lo procesos en los que supuestamente me denunciaban por unos malos tratos continuados a ellos".
En esta cuenta, a los que no se les da voz, se la damos aunque sólo sea un granito de arena frente a este 'neofeminismo" repugnante que nos domina. pic.twitter.com/oFA4NSrBm5
— Sujiel (@Sujiel1) June 18, 2025
Antonio, Aitor e Iván engrosan la lista de las más de 60.000 denuncias falsas por violencia de género que se presentan en España al año... y el "99.99 quedan impunes".
Como explican ellos mismos, sus hijos han sufrido alienación parental por parte de las madres. Una alienación que según la entonces ministra de Igualdad, Irene Montero, no puede ser "tomada en consideración en la Justicia en nuestro país" por tratarse de un "criterio sin aval científico".
En su día, en su comparecencia ante la comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, Montero afirmó que "ser escuchado a cualquier edad es un derecho consignado en las leyes, y en una ley contra la violencia en la infancia es necesario reforzar este derecho". La ministra defendió que es necesaria "una cautela estricta" hacia este supuesto síndrome que se sigue aplicando y que invalida la declaración de los niños niñas que han sufrido violencia, "por entender que existe una interferencia adulta (normalmente de la madre)". Esto es "enormemente preocupante", puesto que contribuye a la "impunidad de formas de violencia contra la infancia y son inasumibles para un Gobierno feminista".
Si lo dice Irene... es para reflexionar.