Decíamos hace unos días en Hispanidad, que en 2021 hubo en España más fallecimientos que nacimientos. Durante el año, se registraron 336.811 nacimientos en España, lo que supuso un descenso del 1,3% respecto al año anterior, es decir, 4.504 nacimientos menos. Las defunciones también disminuyeron, un 8,7%, 450.687 personas. Esto se traduce en una idea muy simple, España, directa a la extinción: hay más fallecimientos que nacimientos, para ser exactos, un saldo negativo de 113.023 personas.

Pero según las cifras de población publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la población de residente en España aumento en 34.110 personas durante el año 2021 y se situó en 47.432.805 habitantes a 1 de enero de 2022. Desde el 2016, España registra una tendencia ascendente en número de residentes, por contra, el saldo vegetativo es negativo. 

Es decir, en España, cada vez nacen menos niños, pero hay más inmigrantes, y, por tanto, más residentes. Hablamos de un saldo migratorio positivo de 148.677 personas, 530.401 inmigraciones procedentes del extranjero y 381.724 emigraciones con destino al extranjero. Por el contrario, la población de nacionalidad española se redujo en 15.502 personas.

Por tanto, el crecimiento poblacional de España se debió al incremento de personas de nacionalidad extranjera, el número de extranjeros aumentó en 49.612 personas durante 2021, hasta un total de 5.417.883 a 1 de enero de 2022. En cuanto al orgien de la población extranjera residente en España, principalmente provienen de Marruecos, 776.223, seguida de Rumanía con 632.859, Reino Unido con 316.529, Colombia con 315.885, Italia con 298.817 y Venezuela con 220.461.

Por comunidades, en 2021 la población creció en diez autonomías y se redujo en las siete restantes: los mayores incrementos fueron en Murcia (0,63%), Comunitat Valenciana (0,5%) y Canarias (0,36%) y los descensos más fuertes se registraron en Aragón (1,24%), Asturias (0,66%) y Extremadura (0,44%).