Y más neurosis: vuelven las toques de queda, por ejemplo a Cataluña. No sirvieron para nada en su día, bueno sí, sirvieron para hundir económicamente a muchos y para hacernos un poco más misántropos: de casa al trabajo y del trabajo a casa. A lo mejor redujeron el alcoholismo, pero no para ninguna otra cosa. Al final no se sabe si el objetivo es curar o meter miedo, pero uno diría que el resultado es el segundo.

Y recuerden: ya no es el poder quien te encierra y te fuerza: ahora es tu vecino, que tiene miedo a morirse. Así que partir de ahora, cualquier restricción de la libertad es posible.

La quinta ola es la ola de los jóvenes. Uno pensaría que, después de 16 meses de pandemia, la gente se habría acostumbrado al virus. Sobre todo porque, como este virus ataca más a los viejos que a los jóvenes y seguimos sin saber por qué, pues la tragedia no se masca, como se masticaba en abril de 2020. Pero la histeria es la misma. Es el Estado policial y a muchos masocas les gusta.

Vuelven los toques de queda. ¿Servirán para algo? Sí, para provocar más histeria

Mientras, el chollo público-privado continúa: la OMS cree necesaria la dosis de refuerzo. Pfizer ya ha oficializado la necesidad de una tercera dosis. El negocio continúa.